Nada es seguro, nada es para siempre

El País 06 de junio de 2023
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Los debates internos en el Frente de Todos, que coparon la agenda mediática durante los últimos dos años, oficiaron durante mucho tiempo como un bloque de contención, que impidió ver qué ocurría en Juntos por el Cambio y, a la vez, aceleró las discusiones internas en la oposición que veía en frente a un peronismo ya derrotado.

Esa dinámica derivó en que su dirigencia abandonara el objetivo principal de ganar las elecciones, por el de quedarse con la mayor parte del poder político e institucional de un triunfo que la mayoría daba por seguro. Y en política nada es seguro.

Si bien esa inercia tuvo un impasse con la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía y el crecimiento de Milei, encontró ayer un episodio de alerta para un espacio político que ve, al igual que el resto del sistema, cómo se tiende a la fragmentación.

Quizás no se rompa pero las heridas son cada vez más graves. Juntos por el Cambio sigue siendo, solamente, una alianza electoral constituida para ganarle al peronismo, pero no es, ni aparenta ser, una coalición lista para gobernar la Argentina. Hay demasiado pasado y poco futuro en ambas fuerzas políticas.

Juntos por el Cambio es una mamushka de crisis que se explica por el declive del liderazgo de Macri, la crisis de identidad del PRO, el debilitamiento del pegamento que la mantenía unida,el anticristinismo, y la erosión de la competitividad electoral por el ascenso de Milei.

El intento de obtener un crédito del Nuevo Banco de Desarrollo -conocido como Banco de los BRICS- chocó con un problema: Argentina no es miembro de la institución que integran, además de los miembros del grupo BRICS, Egipto, Bangladesh y Emiratos Árabes y al que ya fue admitido Uruguay.

La presidenta de la institución, Dilma Rousseff, le adelantó a Massa que Argentina podría serlo en agosto, cuando se reúna el directorio de la entidad. Esto habilitaría un tratamiento exprés del financiamiento.

Agosto, en Argentina, es ciencia ficción.

Será que finalmente coincida la respuesta del Fondo con el cierre de listas. Si es así, el ministro de Economía logrará llegar al sprint final con la posibilidad de ser, algo que sería inimaginable para otro en su puesto con esos números de inflación y la complejidad actual que transita el país. 

Si de Massa depende el adelanto del organismo, probablemente, ponga como condición que haya lista única, aun si el mismo no es candidato, para quedarse en el Ministerio. Una apuesta doble.

Cristina tienen que decidir si construye un candidato de lista única o uno para ir a la primaria contra Daniel Scioli. Falta muchísimo y en todo caso es un pastel que todavía no tiene forma.

Las listas no están cerradas hasta que llega el cierre. Y eso no es ahora, el plazo legal es la medianoche del 24 de Junio. Antes de eso, no habría que descartar que estemos presenciando los pasos de un elaborado cortejo, previo al momento que los mismos que se sentaron a definir el Frente de Todos en el 2019, lo hagan otra vez. Es decir, todavía faltan semanas en las que puede cambiar todo. Varias veces. Porque en política nada es seguro.

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