Un indicio sobre el elegido y certezas sobre la estrategia

El País 19 de mayo de 2023
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Más allá de la comprensión de textos, con la que pidió que interpreten que no será candidata a nada, Cristina se aventuró a dar algunas pistas sobre como encarar las elecciones de este año en las que el Frente de Todos no tendrá, como postulante, a ninguno de los dos integrantes de la fórmula con la que el peronismo volvió al poder en 2019.

Podemos señalar dos elementos de ordenamiento político y electoral que la vice puso sobre la mesa, con mucho de sugerencia, en el largo reportaje por C5N. Uno es si apuntalará a un heredero o bendecirá a un aliado.

La frase de Cristina fue: “Espero que tomen la posta los hijos de la generación diezmada”, aseguró luego de recordar que ella, y Néstor Kirchner, formaron parte de ella,  por la dictadura militar que se extendió entre 1976 y 1983. La interpretación lleva de manera directa a la figura de Wado De Pedro, el ministro del Interior que encaró una campaña presidencial.

El comentario no debe entenderse de manera literal respecto a candidaturas, sino al rol de conducción política que la vice cree que le corresponde, en adelante, a Wado, Máximo Kirchner y Axel Kicillof, entre las figuras de más peso. Y por una cuestión generacional, a Sergio Massa o algún tapado… será Katopodis que con la obra pública le dio a los gobernadores la mejor herramienta para desdoblar y ganar elecciones.

Puede leerse como un respaldo al grupo o a la generación,  con lo que extiende la bendición a otros posibles candidatos, entre ellos Kicillof y Massa.

Así como gambeteó opinar sobre la hipótesis del desdoblamiento de las elecciones generales en la provincia de Buenos Aires, analizó el proceso electoral del 2023. “Estas elecciones van a ser totalmente atípicas”, aseguró.

“Estamos ante una elección de tercios, donde lo importante, más que el techo, es el piso”, afirmó la vice en un apreciación de carácter puramente electoral, referido a cómo se perfila el mapa de la presidencial. Comparó que en 2019, se trató de una votación de techos porque los las dos principales coaliciones, JxC y FdT, se quedaron con casi el 90% del caudal electoral. En ese caso, lo importante era quien lograba ampliar más para ganar la elección.

Este año, en cambio, el desencanto con los dos últimos gobiernos, derivó en la irrupción de otro actor, Javier Milei, y que eso instale un escenario ya no de polarización sino de tercios, con tres bloques electorales -FdT, JxC y La Libertad Avanza- que retienen, cada uno, entre 20 y 30 puntos.

La táctica electoral frente a un escenario de tercios es diferente a un escenario de polarización que, de todos modos, se dará si la elección se resuelve en un balotaje. Frente a un esquema de tercios, para el peronismo se vuelve vital y determinante consolidar el núcleo duro histórico, que casi nunca estuvo por debajo de los 30 puntos. Es decir, que creemos que Cristina entiende que antes de ir a buscar a votantes del centro, o blandos, el peronismo debe enfocarse en retener y fidelizar a su universo propio para, de ese modo, lograr avanzar a la segunda vuelta. Algo similar observamos en Patricia Bullrich que construye de ese modo mas para las Paso que la general, a diferencia de Larreta.

“Al ser tercios, lo importante es entrar al balotaje”, sintetizó Cristina el análisis que, en la primera instancia, no requiere de un proceso aperturista de peronismo porque cuando la elección se resuelve en la segunda vuelta, se trata de una oferta reducida, de solo dos opciones. “El nuevo tercio es por la bronca, por la frustración, sin dudas”, agregó y aclaró: “Ahora, que me digan que por eso hay que volver al pasado, no. Eso no. Hay que proponer algo diferente. Es mentira que siempre estuvimos así”. 

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