Los primeros pasos de Sergio Massa en el Ministerio de Economía mejoraron más, aunque de manera limitada, el humor del mercado financiero que el de la sociedad.
En el primero, las principales variables al menos morigeraron su deterioro, pero en la segunda las expectativas no levantan. Una encuesta de la Universidad de San Andrés publicada por Perfil indicó que solo un cuarto de los consultados ve con optimismo la nueva etapa.
Como sea, después del golpe de efecto político y de los anuncios genéricos, llega la hora de las definiciones. Y por "definiciones" queremos decir el ajuste que busca cuadrar las cuentas a través de, como cuenta La Nación, un enfriamiento de la economía.
Hoy se anunciarán los detalles de la segmentación de las tarifas de luz y gas, con sus respectivos topes de consumo. Asimismo, se conocerá cuál será la suba del servicio de agua, que llegará en noviembre también con quita de subsidios, proceso que se concretaría en fases. El objetivo: generar un ahorro fiscal de 500.000 millones de pesos, necesario para que el Gobierno se acerque a la meta de déficit primario –antes del pago de deuda– de 2,5% del PBI pactada con el Fondo Monetario Internacional.
El mundo mete cada vez más ruido
Lo ocurrido con el dólar en los mercados internacionales expresó una nueva vuelta de tuerca al temor a una era de estanflación. En un año que se recordará como maldito, las perspectivas se deterioran cada vez más por causas diversas. Inflación, global, guerra en Ucrania, suba de tasas en Estados Unidos, ayer tocó el turno de datos muy preocupantes sobre la economía china, el mercado en el que, justamente, el país pone sus mayores expectativas de mejora exportadora.
En efecto, la producción industrial en el gigante emergente subió 3,8% interanual el mes pasado, menos aun que el 3,9% de junio. Mientras, las ventas minoristas subieron 2,7%, por debajo del 3,1% del mes anterior. La causa más importante es la política de "covid cero" del régimen, que sigue imponiendo confinamientos estrictos allí donde se detectan nuevos brotes del coronavirus. Así las cosas, la tasa de crecimiento china converge, poco a poco, hacia un 3%, cuando cualquier cifra menor al 7% asegura que el país no será capaz de absorber la mano de obra que se suma cada año al mercado.
Si China se frena, las materias primas pierden cotización. Así ocurrió ayer con la soja, que perdió 2,8% y cerró a 548,87 dólares por tonelada, su menor nivel en tres semanas. También el trigo y el maíz fueron hacia abajo, lo mismo que el petróleo, que se hundió alrededor de 3% para pasar a cotizar entre 90 y 95 dólares por barril en sus variedades WTI y Brent, respectivamente.
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