La pelea de fondo

El País 26 de junio de 2022
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Mauricio Macri es el único dirigente opositor que gravita en la política argentina, es el jefe indiscutido de Juntos por el Cambio y se encamina a ser el candidato a presidente de ese conglomerado partidario en el 2023.
El diagnóstico lo hizo Cristina e implica no sólo un pronóstico,sino una hoja de ruta sobre lo que hay que hacer.

Cristina sigue haciendo girar al país político en torno suyo. Diez minutos en un discurso de una hora alcanzaron para que toda la semana se discutiera sobre los movimientos sociales y el reparto de los planes sociales. El cuestionamiento incomoda a parte de su base electoral y se debe sobre todo a la incapacidad del peronismo de gobierno para dar respuesta al aumento de los precios y encauzar el malestar social con las organizaciones oficialistas. Creerá que las organizaciones sociales del peronismo no tienen capacidad de traducir su poderío en caudal electoral. Esa base de los conurbanos, piensa, la volverá a votar a ella, más allá de lo que pretendan sus dirigentes.

La salida de Kulfas, el jaque a los movimientos sociales, tiene en el ataque pendular del cristinismo la fuerza de una erosión de poder, parece, hasta que sólo haya vacío. Todo lo albertista será disuelto en el aire. Guzmán tiene una luz roja en la frente. Falta un año para las elecciones. La Fundación Mediterránea, con uno de sus cuadros populares, Carlos Melconián, podría decirse que decidió frente a una política engrietada salir a difundir transversalmente su programa en todo el arco político. El país económicamente bimonetario rompe por un rato con la lógica del país políticamente polarizado. La reunión de Cristina con ellos no debería sorprender salvo por la cultura mediática encrespada que hace verosímil creer que hay gente que no se habla.

Cristina no lo dice, pero esa hipótesis que ubica a Macri en el centro del ring, configura un escenario donde además de ser la que defina la estrategia política y electoral, podría empujarla a convertirse en candidata a presidenta o buscar un acuerdo con los gobernadores para que surja un candidato del interior o una síntesis como Daniel Scioli.

Si ese formato se cristaliza, implicaría potenciar una dinámica que hasta acá no le dio mayores resultados. Primero con tuits, luego con cartas, discursos y hasta renuncias, Cristina exprimió al máximo las herramientas en su menú para dar alertas y marcar diferencias con las decisiones -o indecisiones- de Alberto Fernández. Necesita hablar para conducir. Hasta podría rememorar juegan los mensajes grabados que Juan Perón enviaba desde Puerta de Hierro. Hay otro argumento: la de la vice es la única voz del oficialismo que genera agenda y sacude la política, algo que no ocurre con Alberto.

En una apuesta de resultado incierto, Cristina viene insinuando movimientos políticos con los que pretende, al mismo tiempo, dar por terminada su apuesta defectuosa por Alberto y mantenerse en el centro. A las reuniones con el embajador de Estados Unidos y la jefa del comando Sur Laura Richardson se le suma la alianza que mantiene con Sergio Massa y, sobre todo, la fina sintonía con Daniel Scioli, otra vez candidato por default. Por último, su encuentro con Carlos Melconian.

El interior empezó a hacerlo. La “Carta de Resistencia”, que el viernes firmaron todos los gobernadores del FdT salvo el santafesino Omar Perotti, es un movimiento inédito desde los jefes territoriales del peronismo hacia un presidente peronista. Las demandas puntuales sobre subsidios, gasoil y planes sociales, son el vehículo para un reclamo político intenso para que Fernández se involucre y tome decisiones.

Azar o acuerdo, en la misma semana que Cristina apuntó sobre varios puntos -dólares, importaciones, planes sociales-, el scrum de gobernadores peronistas levantó el tono para reforzar el pedido de que Alberto reaccione. No se sabe cuándo será el próximo stand up político de la vice pero los mandatarios ya fijaron fecha y lugar: 24 de julio en Bariloche. La casualidad no existe: la cumbre la gestionó el chaqueño Jorge Capitanich, quizá el gobernador de más y mejor diálogo con la vice, fue el redactor casi excluyente de la carta, cuyo texto estaba escrito antes de que los mandatarios aterricen en Resistencia.

Hoy, el precio de las materias primas está un 96,4% arriba de 2015, pero la brecha duplica a la del último gobierno de Cristina, la inflación es el triple de lo que era entonces y la deuda en pesos con los privados es cuatro veces mayor: equivalía a 11.000 millones y hoy llega a 45.000 millones. Por eso, la transición hacia 2023 es mucho más crítica que la que se dio entre Cristina y Macri.

El más amplio consenso para un nuevo ajuste de shock es lo que busca Melconian y que Cristina lo haya recibido sugiere de por sí cuáles son las ideas dominantes para aplicar en la etapa que viene.

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