La última chance

El País 21 de junio de 2022
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Algo quedó claro del discurso de Cristina ayer, gobernar es explicar. Cristina sin filtros, se asegura de indicar que la unidad está garantizada pero interpela al gobierno que ella formó y advierte sobre importaciones, deuda, trabajo, planes sociales y el futuro. Enlaza a Manuel Belgrano con este presente e imagina el futuro.

Es difícil no coincidir con su diagnóstico. Las soluciones a los problemas endémicos tienen cientos de recetas. No siempre las que ofrece la vice son las adecuadas. Quizás su rol es hoy de un faro. Se transforma cada vez que aparece en la voz de la conciencia de Alberto. Que se aferra a Guzmán y cree que este es el rumbo. 

¿Por qué fue ayer contra Pesce y Marcó del Pont, entre otros? Desde diciembre de 2020, en aquel discurso de La Plata advirtió que el crecimiento iba a generar desajustes macro. Además hay un dato. El miércoles se dictaminaría sobre el proyecto que crea un Fondo para la cancelación de la deuda con el FMI y estos dos funcionarios no quieren ir al Congreso.

Perú, Colombia y Chile, los modelos económicos de la derecha latinoamericana, votaron presidentes de izquierda. Lula está a un paso luego de la cárcel y él escarnio de ser en octubre el próximo presidente. Cristina lee cómo nadie esa realidad. La moderación de Alberto sirvió para ganar en 2019 pero hoy el mundo cambió. 

Petro, habló de “paz y justicia ambiental" en Colombia. Impensado. Los discursos de Petro y Francia son los sueños y trabajo de años hechos realidad. Los electorados de Latinoamerica le están pidiendo a la democracia que cumpla sus promesas. Le dan una chance más. La última. Del otro lado sólo impresentables, autoritarismo, y un discurso peligroso. Pasa incluso en Estados Unidos. 

La cantidad de personas que en algún momento pasaron por la guerrilla y hoy compiten o compitieron electoralmente, Dilma Rousseff, Alvaro García Linera, Pepe Mujica, Gustavo Petro, muestra la victoria total y completa de la democracia liberal en Latinoamérica.

El “partido judicial”, el “endeudamiento criminal” que provocó el macrismo, los “funcionarios que no funcionan”, el “festival de importaciones”. Uno a uno, Cristina fue mencionando a los que ella considera responsables de provocar una “inflación única en el mundo”, para, luego de una hora y media, concluir con un mensaje directo a Alberto Fernández. “¿Ganar las elecciones para no cambiar nada?, es mejor quedarse en la casa”, dijo al cierre del acto que encabezó esta tarde en Avellaneda.

“Yo espero que la presencia de Daniel Scioli pueda reencausar y reenderezar las cosas, pero tenemos que ponernos de acuerdo cuál es el criterio para hacer estas cosas”, dijo y enseguida aclaró: “Y que nadie se preocupe que la unidad del Frente de Todos, no está ni estará en discusión”.

No es nuevo. El recurso gastado del peronismo: apelar a Scioli, el sobreviviente con cama afuera. El recurso desesperado de buscar un salvador o un candidato presidencial en la crisis.

Un optimismo en las ruinas. Un violinista del Titanic. ¿Con que contrastar la dureza de la pandemia, las escuelas cerradas, la negociación con el FMI, las internas del partido?. Scioli hasta hizo buenas migas con Bolsonaro. Porque fue exactamente a eso. El mensaje de ayer fue claro. Scioli es la parte argentina de la política que siempre quiere decir que la sangre no llegará al río. Adentro o afuera. La última chance.

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