

Beijing y Moscú celebraron el lanzamiento de otro nuevo enlace terrestre –lo que los medios de comunicación estatales de ambas partes han llamado el primer puente vehicular sobre el Amur– con cohetes que arrastraban humo de colores y aplausos de los funcionarios locales desde las orillas del río, mientras sus superiores transmitían desde Moscú y Beijing en pantallas de televisión gigantes.
Durante décadas, el río Amur ha separado a la China moderna y a Rusia: sus aguas atraviesan más de 1.000 de sus aproximadamente 2.500 kilómetros de frontera. Pero siempre le ha faltado una cosa: un puente vehicular.
El proyecto conecta las ciudades gemelas de Heihe, en la provincia china de Heilongjiang, con la capital de la región de Amur, Blagoveshchensk, en el Extremo Oriente ruso. Moscú espera que, cuando esté en pleno funcionamiento, permita el paso de unos 4 millones de toneladas de mercancías y dos millones de pasajeros al año.
Es probable que esto impulse aún más el comercio bilateral entre China y Rusia, que ya se prevé que aumente a medida que Moscú busque cada vez más a Beijing como socio económico.
Hoy, Xi Jinping, garantizó a Putin que Moscú cuenta con el respaldo de Beijing en materia de "soberanía y seguridad", durante una charla telefónica, informaron medios estatales chinos.
"China desea seguir apoyando a Rusia en cuestiones (...) como son la soberanía y la seguridad y en otros temas que representen un interés fundamental y una preocupación mayor", dijo Xi, según la TV pública china, durante la conversación con Putin, la segunda desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, el pasado 24 de febrero.
China no ha condenado la invasión rusa al país vecino y ha sido acusado de suministrar un apoyo diplomático a Moscú, criticando las sanciones occidentales y el suministro de armas a Kiev, reseñó la agencia de noticias AFP.
Durante la charla, Xi mostró su satisfacción por el "buen momento de desarrollo" de las relaciones bilaterales desde comienzos de año en un contexto de "agitación y cambios mundiales".