EE.UU.: la violencia armada

Durante 20 años no hubo investigaciones financiadas por el gobierno sobre el tema.

Sociedad 09 de junio de 2022
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Muchas veces reducimos un problema complejo a un mapa interactivo de informaciones. Medimos cuánto sabemos evaluando qué información tiene disponible el otro.

En este panorama, la experiencia no cuenta, no es un valor nutritivo. ¿Quiénes son los school shooters? Un parámetro, un promedio, un retrato surgido del entrecruzamiento de datos.

En un fenómeno localizado y específico en la sociedad del entretenimiento que todo lo registra y espectaculariza, pareciera que toda la información está disponible y que la narrativa se esconde en los intereses de quiénes la interpretan. Pero no.

Durante 20 años no hubo investigaciones sobre violencia con armas de fuego financiadas por fondos federales en Estados Unidos. En 2019, se aprobó una partida de 25 millones de dólares al año para tal fin.

O sea que los investigadores del país con el sistema científico y tecnológico más grande del mundo no han estudiado durante mucho tiempo un fenómeno único de su nación.

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Según el podcast de Nature de la entrevista a Ashley Van Ness, directora de justicia criminal en una organización que financia investigación respecto a violencia con armas de fuego, se resume que en 2019, 16.1% de las muertes por lesiones en Estados Unidos estuvo relacionada con armas de fuego. La tasa de homicidios con armas de fuego es 25 veces más alta que la de otros países de altos ingresos. Más personas murieron por esta causa que en accidentes de tránsito.

Hay preguntas básicas para pensar en cómo prevenir la violencia con armas de fuego sobre las que no hay datos, por ejemplo: ¿de dónde saca armas la gente? No hay información sistematizada sobre de dónde vienen las armas utilizadas para los tiroteos

Existe una gran brecha de información entre los datos gubernamentales sobre, por ejemplo, las víctimas mortales de accidentes de tránsito, los sistemas de monitoreo de VIH y la información disponible sobre las víctimas de armas de fuego. En 2001, 2002 y 2004, los Centros de Control de Enfermedades midieron los problemas de la posesión de armas a través de una encuesta llamada Sistema de Vigilancia de los Factores de Riesgo del Comportamiento. Pero después de ese año eliminaron la pregunta sobre posesión de armas de la encuesta.
25 millones de dólares al año es más que cero, por supuesto, pero mientras las armas de fuego matan a una cantidad similar de personas que los accidentes de tránsito, el presupuesto para la investigación de lo segundo es de 90 millones de dólares.

Algunos puntos de la investigación de Lisa Wexler que trabaja con indígenas en Alaska y obtuvo fondos de la nueva partida:
El derecho a portar armas se relaciona con cuestiones como la autodeterminación y las libertades personales. En las comunidades indígenas esto es especialmente relevante cuando se tiene en cuenta, por ejemplo, que el gobierno restringió su acceso a los alimentos con prohibiciones para cazar en tierras que reclaman como propias y de las que han sido desplazados. En estos casos hay argumentos que señalan restricciones gubernamentales para el ejercicio de libertades tribales, no todo se trata de personas en ciudades que quieren defenderse si alguien quiere robarles.

En Alaska, el suicidio es la principal causa de muerte en varones indígenas menores de 24 años. Hoy, los fondos federales destinados a la investigación se están usando para saber si, por ejemplo, guardar las armas bajo llave o dejarlas sin carga podría prevenir los suicidios sin restringir el acceso a las armas per se. La idea detrás de esto es que si tardás 10 minutos más en acceder a un arma cargada podrías tener dudas y no hacerlo, ya que muchos suicidios son impulsivos.

Un par de apreciaciones de Maeve Wallace, investigadora que trabaja con personas embarazadas y que también recibió financiamiento del nuevo programa:

La mayoría de los homicidios de mujeres embarazadas y puérperas se cometen con armas de fuego y son perpetrados por sus parejas, es decir, personas involucradas en violencia doméstica.
Resulta útil investigar las leyes estatales como posibles medios para prevenir la mortalidad materna por homicidio con legislación que prohíba o restrinja la posesión de armas de fuego entre personas condenadas por violencia doméstica o que tienen restricciones por el mismo motivo.
Al observar las tasas de mortalidad materna y posparto se observa que los estados que están implementando este tipo de legislación están observando una disminución en este tipo de homicidios en los años subsecuentes.

“La cultura de las armas en Estados Unidos” es hoy una ficción informativa que no recaba lecciones de lo sucedido. Es un conjunto de explicaciones autoevidentes sin evidencia, datos incompletos puestos juntos sin puntos de unión. Lo contrario al saber.

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