

Debajo de las llanuras del noroeste de Argentina se encuentran algunas de las reservas de litio más abundantes de la Tierra; desde arriba, este rincón bañado por el sol se encuentra entre las regiones con el potencial de energía solar más alto del mundo. Para los productores de litio del país, esta podría ser una combinación ganadora.
Algunos proyectos para extraer litio contemplan la generación de energía por cuenta propia a través de paneles solares, lo que le permite a las empresas cumplir con sus metas de descarbonización y al país expandir la energía renovable.
En varios sitios de Salta y Jujuy, las empresas mineras están explorando el uso de paneles solares para generar su propia energía, un enfoque novedoso que daría a las empresas independencia de la infraestructura nacional de gas y la red eléctrica, y ayudaría a facilitar la expansión argentina de la producción de energías renovables.
En su informe de 2020 sobre potencial de generación de energía fotovoltaica a nivel global, el Banco Mundial indica que Argentina “cuenta con excelentes condiciones, “el noroeste del país tiene niveles muy altos de radiación solar durante todo el año, comparables con los mejores sitios del mundo”.
También a favor de los productores están los costos de construcción y generación de electricidad mediante paneles solares, que han ido disminuyendo constantemente. La Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que, en todo el mundo, la energía solar se encuentra entre las formas de generación más baratas, en términos de costo por kilovatio.
La empresa francesa Eramet, que construye su planta de litio para extraer mineral del yacimiento Centenario-Ratones, en Salta, tiene previsto entrar en producción en el primer trimestre de 2024. Cuando esté en pleno trabajo, la planta tendría un consumo estimado de 17 Mw/h, de los cuales entre 3 y 6 Mw/h se abastecerían con energía solar. No toda la energía que usa podría reemplazarse por solar a causa del diseño de la planta, que utiliza generadores en base a gas natural.
Los métodos utilizados para la producción de litio están en constante transformación y además, cada salar cuenta con características naturales propias que obligan a ajustar formas. En términos generales, el método hasta ahora más utilizado en Argentina consiste en una primera fase de perforaciones a 200 y a 400 metros de profundidad, dependiendo de cada salar, y el bombeo de fluidos hacia la superficie.
El resultado es una salmuera con una concentración de litio muy baja, menor al 1%. A través del método de evaporación por la acción de la energía solar en salmueras, en un plazo de entre 12 y 18 meses se incrementa la concentración de litio. Luego se transporta la solución hacia la planta química, en donde a través de procesos de filtros y la aplicación de solventes se llega a concentrados de hasta 99% de pureza. La fase química es la que tiene el mayor consumo energético del ciclo productivo.
“La producción de litio y la energía solar es una buena combinación, con valores de radiación que son premium en zonas de Argentina, ya que incluso en pleno invierno hay de sobra para generar energía. También es cierto que la energía solar exige una inversión de capital que inicialmente es alta”, explicó Ernesto Calvo, exdirector del Instituto de Química, Física, de los Materiales, Medio Ambiente y Energía.
Empresas mineras como Ganfeng etiquetan como “litio limpio” a aquel producido en base a renovables. Sin embargo, organizaciones ambientales advierten que también hay otras variables en juego que afectan la sostenibilidad de la actividad, como el uso del agua y la gestión de residuos.
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