

Si Macri y Bullrich quieren venir a La Libertad Avanza, los recibiríamos con los brazos abiertos”, había dicho Javier Milei la semana pasada consultado por la posibilidad de conformar un eventual frente electoral para las presidenciales de 2023. La frase siguió a una serie de gestos y fotos desplegados por el referente liberal de indomable cabellera en los que se presentaba cercano a las ideas de los halcones del PRO, como se conoce a la línea más dura de la alianza hoy opositora.
La Mesa Nacional de JxC decidió ponerle fin a este coqueteo con un duro comunicado publicado ayer: “hay actores de la vida política que buscan el quiebre de Juntos por el Cambio, entre ellos Javier Milei que intenta quebrar nuestra unidad siendo funcional al oficialismo”.
Fingiendo desinterés, como hacía el Chavo del ocho cuando Quico en lugar de compartir su torta de jamón lo mandaba a comprarse una sabiendo que no tenía la plata, Milei reaccionó para su séquito. Con el orgullo herido, el león bramó una respuesta en tuiter. “Nunca podríamos ir en un espacio que ha sido corresponsable del fracaso”, explicó. “Hoy gobiernan CFK, La Campora y Alberto por el fracaso del modelo de las palomas tibias de JxC”.
Lo cierto es que aún falta mucho para las elecciones de 2023 y el panorama todavía es bastante difuso. ¿Cuánto pueden aguantar las actuales alianzas el fuego amigo expuesto en las redes y los medios de comunicación? Y más allá de eso: ¿cuánto afecta su imagen en un momento de evidente crisis de representatividad? Algunos estudios ya plantean que la grieta no está entre macrismo y kirchnerismo, sino entre “los políticos” y los demás.
Tras la reunión, Patricia Bullrich contó que en el encuentro “se habló de la importancia de la necesidad de la fortaleza de Juntos por el Cambio, de generar un acuerdo que sea contundente, consistente, que tenga verdadera vocación de cambio. Queremos dejar de hablar de Javier Milei porque él ha planteado que no quiere estar en Juntos por el Cambio. Cuando dos no quieren, las cosas no salen”, sentenció.