
Una de cada cuatro personas tira alimentos todas las semanas
01/09/2025
Millones de dólares en valor perdido, una canasta básica más cara y un impacto ambiental directo. Un estudio revela la magnitud del desperdicio de alimentos y expone una oportunidad en la gestión de un problema que no se indaga en profundidad.
A nivel domiciliario, más de la mitad de las personas encuestadas en la región asegura desechar comida una vez al mes o menos (54,2%), mientras casi una cuarta parte (23,1%) reconoce hacerlo al menos una o dos veces por semana y un 4,2% admite desperdiciar alimentos frecuentemente o siempre.
Con el objetivo de comprender el nivel de conocimiento en Latinoamérica sobre este problema, Cheaf dio a conocer los resultados de su Encuesta Regional sobre Percepción de Desperdicio de Alimentos 2025, la cual consultó a 5.858 personas en la Argentina, Chile y México exploró hábitos, percepciones y posibles soluciones para enfrentar este desafío.
Un problema que impacta en la economía familiar, encarece la canasta básica y acelera el cambio climático: así define Cheaf al desperdicio de alimentos en su encuesta.
El estudio evidencia que el 23,1% de las personas tira comida al menos una o dos veces por semana, y un 4,2% lo hace con frecuencia o siempre. Al mismo tiempo, más de la mitad (54,2%) afirma desperdiciar alimentos una vez al mes o menos, pero el patrón de descarte es consistente: comidas preparadas y sobras (38,9%) y frutas y verduras (34,3%) son los productos más afectados.
La principal causa de desperdicio es que los alimentos se descomponen antes de poder usarse (40,8%), seguida por cocinar de más y no consumir los sobrantes. Aunque la mayoría ya aplica medidas como congelar (71,6%), planificar compras (53,3%) o reutilizar sobras (49,7%), persisten fallas en la organización doméstica que derivan en pérdidas significativas.
El 57,6% de las personas cree que debería existir una ley que obligue a donar o rescatar alimentos, mientras otro 29,5% apoya una normativa con incentivos más que obligaciones. Sin embargo, la mayoría no sabe si esas leyes existen: el desconocimiento alcanza al 71,8% en Argentina, 64% en Chile y 59,4% en México (pese a que este último país ya cuenta con una regulación específica desde 2022).
En el marco de sus seis meses de operaciones en Argentina, Cheaf revela en su informe que el 89,3% de las personas considera que el desperdicio de alimentos es un problema grave o relevante, y que la mitad de la población cree que debería ocupar un lugar más destacado en la agenda pública.
El desperdicio de comida tiene un costo directo para los consumidores. Al tirar alimentos, las familias pierden dinero que ya invirtieron. Esto, a escala masiva, no solo erosiona el poder adquisitivo, sino que también contribuye a la inflación. La pérdida de productos agrícolas, la energía y el agua utilizadas en su producción y distribución, y la logística para deshacerse de los residuos se trasladan inevitablemente a los precios finales de los productos.
Se estima que el desperdicio de alimentos es responsable de casi el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, un dato que, según el estudio, solo el 62,3% de los argentinos conoce. Un impacto directo sobre sobre el cambio climático.
Cuando se consulta por la urgencia del tema, solo el 39,9% de las personas cree que requiere atención inmediata, ubicando a Argentina por debajo de Chile (45,5%) y México (42,4%).
Los alimentos más desperdiciados en los hogares argentinos son frutas, verduras, comidas cocinadas y panificados, en su mayoría porque se echan a perder antes de consumirse. Las principales soluciones aplicadas son individuales, congelar, reutilizar, planificar y hay baja adopción de estrategias comunitarias o colaborativas.
ONGs y bancos de alimentos son percibidos como los actores que mejor están enfrentando el problema, mientras que los gobiernos ocupan el último lugar en confianza. Este dato, sumado a la alta preocupación ciudadana, señala una oportunidad para convertir esa conciencia en acción concreta y en políticas públicas efectivas.