

Sarah Ezekiel perdió su voz hace 25 años por una enfermedad neurodegenerativa; pero un audio de 8 segundos permitió generar una versión digital de su voz original para que pueda comunicarse. La voz de Sarah fue recreada a partir de una grabación en mal estado encontrada en una cinta familiar de VHS de 1990.
"Después de tanto tiempo, no podía recordar mi voz", cuenta Sarah Ezekiel al podcast BBC Access All. "Cuando la volví a escuchar, sentí ganas de llorar. Fue un milagro". La enfermedad de la neurona motora (ENM) dejó a Sarah sin voz y sin la capacidad de usar sus manos a los 34 años.
Durante su infancia, sus hijos Aviva y Eric solo la oían hablar a través de una máquina con una voz robótica. Pero 25 años después, la inteligencia artificial (IA) recreó la voz real de su madre a partir de solo ocho segundos de audio de una cinta de VHS.
El "milagro" que describe Sarah comenzó cuando Smartbox, una empresa de asistencia tecnológica con sede en Bristol, le pidió una hora de audio para recrear su voz. Sarah y sus hijos, buscaron, pero Sarah había perdido la voz en el año 2000, antes de que los teléfonos inteligentes se generalizaran y de que las redes sociales capturaran esos momentos.
La familia encontró una vieja cinta VHS grabada con una video cámara de 1990 en la que Aviva aparece cuando era un bebé. Pero la imagen era borrosa y el sonido distorsionado. Con dificultad, se oían ocho segundos de la voz de Sarah.
Inesperadamente, le diagnosticaron ENM, en ocasiones conocida como ELA. Esta enfermedad degenerativa causa debilidad muscular y de las 1.000 personas diagnosticadas en el Reino Unido cada año, el NHS (Servicio Público de Salud en Reino Unido) afirma que la mayoría pierde la capacidad de hablar.
"Estaba muy deprimida y me aterraba la discapacidad y la muerte", dice. Con dos niños pequeños a su cargo, Sarah dependía de atención las 24 horas. Incapaz de moverse o comunicarse con facilidad, Sarah luchó contra el aislamiento.
Cinco años después de su diagnóstico, Sarah finalmente pudo comunicarse con tecnología de la mirada. Esto le permitió construir palabras y oraciones con el movimiento de los ojos, y hablar, aunque con una voz sintética, como el físico Stephen Hawking.
Y volvió a su pasión, la pintura, utilizando la tecnología de la mirada para crear obras de arte originales.
La empresa Smartbox había anunciado que iba a proporcionar voces clonadas gratuitas para un millón de personas en riesgo de perder su voz o a los que ya la habían perdido por enfermedades.
Le pidieron a Sarah una grabación de voz para poder reconstruirla. Aquella grabación era un desastre. La calidad de imagen era mala, pero es que además el sonido estaba distorsionado.. Simon Poole, uno de los responsables de Smartbox, pensó que no iba a ser posible.
Sin embargo logró aislar la voz de Sarah gracias a la aplicación Voice Isolator de ElevenLabs, empresa especializada en este tipo de soluciones.
Tras lograr un resultado que él creyó adecuado, le envió varias frases a Sarah con su voz clonada. La llamó y oyó cómo Sarah, al oír esas frases, se largo a llorar. Esa voz puede además incluir una entonación que muestra cuando está alegre o enojada.