La cantidad de agua que consume la IA

TendenciasEl lunes
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El avance de la inteligencia artificial (IA) ha transformado la creación de contenido digital, permitiendo generar imágenes con gran detalle y estilo, como las inspiradas en Studio Ghibli.

Sin embargo, detrás de estas creaciones hay un alto costo ambiental que muchos desconocen. La generación de imágenes con IA requiere enormes cantidades de agua para enfriar los centros de datos que procesan estas solicitudes, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de estas tecnologías.

Diversos estudios han alertado sobre el impacto ambiental del aprendizaje automático y los modelos de IA. Según un informe de la Universidad de Colorado Riverside y la Universidad de Texas Arlington, cada imagen generada por IA puede consumir entre 2 y 5 litros de agua. Este consumo, aunque invisible, representa una carga significativa para los recursos hídricos, especialmente en regiones con crisis de agua.

Los centros de datos que alojan los modelos de inteligencia artificial utilizan grandes cantidades de energía, lo que genera calor. Para evitar el sobrecalentamiento, estas instalaciones requieren sistemas de refrigeración basados en agua. Cada vez que se genera una imagen con IA, se activan estos procesos de enfriamiento, contribuyendo al consumo de este recurso vital.

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En la próxima Bienal de Arquitectura de Venecia, una instalación chilena promete generar conciencia sobre la huella hídrica de la IA.

La instalación, que se presentará en la sección “Space for Ideas”, busca visibilizar los efectos ecológicos de la IA, examinar su impacto material y plantear una reflexión sobre el agua como un recurso vivo, inteligente y esencial.

Se estima que generar un texto de 100 palabras consume en promedio 519 mililitros de agua, lo que equivale a una botella.

La OCDE estima que, para 2027, la Inteligencia Artificial podría utilizar entre 4,2 y 6,6 mil millones de metros cúbicos de agua al año.

Los usuarios pueden contribuir a mitigar el impacto ambiental del uso de IA. Una de las formas más efectivas es utilizar estas tecnologías de manera consciente, evitando generar imágenes de forma masiva sin un propósito específico. También es recomendable optar por herramientas de IA que implementen prácticas sostenibles.

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El costo energético también es significativo: cada respuesta de 100 palabras implica un consumo promedio de 0,14 kilovatios-hora (kWh). 

La huella hídrica es un indicador clave que mide cuánta agua dulce se necesita y cuánta queda contaminada en la producción de bienes y servicios. Desde la fabricación de un jean hasta leal café que tomamos , todo tiene una huella invisible que se mide en litros.

Ante estas cifras, algunas compañías tecnológicas han anunciado iniciativas para reducir el impacto ambiental de sus operaciones. Microsoft, por ejemplo, firmó un acuerdo para comprar toda la energía generada por el reactor nuclear de Three Mile Island, cerrado desde 2019, lo que podría ayudar a mitigar el consumo eléctrico de sus centros de datos.

Google, por su parte, se ha comprometido a reponer el 120% del agua que utiliza para 2030, aunque un informe reciente reveló que apenas alcanzó un 18% de reposición en 2023. Estas promesas, aunque esperanzadoras, a menudo se quedan cortas frente a la magnitud del desafío.

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