Devastación y muerte
HoyExisten tragedias que se convierten en referentes en la memoria colectiva durante décadas. Que nunca se podrán olvidar. Son paradigma de las grandes catástrofes a las que se recurrirá como elemento comparativo de episodios que puedan suceder en el futuro, y que abren debates sobre previsiones, causas y maneras de afrontarlas; con el cambio climático como elemento de época.
Es el caso de la DANA que el pasado martes arrasó la provincia de Valencia, en España, en pocas horas provocando más de 90 fallecidos e innumerables desaparecidos que aún se buscan.
El episodio que se inició en la madrugada del martes ofreció su peor cara a partir del mediodía. Con inundaciones en poblaciones, principalmente en las comarcas valencianas de La Ribera Alta y Utiel-Requena, con cortes de tráfico ferroviario; incomunicando Valencia con Madrid y Barcelona. Con desborde de ríos y aumento de caudales en barrancos, con cortes de rutas que aislaron a muchas ciudades, entre estas la propia capital durante horas.
Miles de personas atrapadas durante horas en sus autos, con enormes daños materiales y con la desesperación de decenas de miles de personas que intentaban, angustiadas buscar ayuda para salvar sus vidas. Hubo desalojos masivos, movilizaciones buscando puntos altos y mucha confusión, sobre lo que estaba sucediendo.
Hacia adelante queda la identificación de los fallecidos, la urgencia de restablecer cuanto antes servicios como el agua y la luz y un intenso trabajo de reconstrucción en una amplísima área geográfica. Y la necesidad de adaptarse a una nueva realidad climática que amenaza con aumentar la frecuencia e intensidad de estos sucesos.