Este domingo la República Oriental del Uruguay realizará elecciones para renovar la presidencia y ambas cámaras de la Asamblea General por el período 2025-2030. También habrá dos plebiscitos. El presidente es elegido junto al vicepresidente por voto popular y directo para un mandato de cinco años, no reelegibles consecutivamente. Si ninguna fórmula obtiene más del 50% de los votos en primera vuelta, se realiza una segunda.
Uruguay emplea un sistema de lemas en el cual uno vota por las facciones que integran cada fuerza política. Cada partido tiene una boleta con todos sus candidatos y solo se puede votar al partido. Ejemplo: no es posible votar una fórmula presidencial y otra lista de legisladores.
Es un país sin reelección y hay 2,7 millones de personas habilitadas para votar. Son más de 7 mil circuitos, distribuidos en los 19 departamentos. Se elige presidente, vicepresidente y se renuevan las cámaras de Senadores y de Diputados.
Once candidatos representan a las once fuerzas políticas que compiten por llegar a la Torre Ejecutiva y ocupar los escaños de la Asamblea General. A la cabeza en casi la totalidad de los indicadores sociales e institucionales del continente, Uruguay es por lo general citada como la "historia de éxito" regional, y el país más pacífico, transparente y democrático de la región.
La reacción anticomunista por parte del Estado uruguayo condujo a la instauración de una dictadura militar entre 1973 y 1985, en el marco del Plan Cóndor regional que fue particularmente violenta, llegando a tener el mayor número de presos políticos per cápita del mundo.
La dictadura terminó colapsando y convocando a elecciones en 1984, lo que resultó en el restablecimiento de la democracia actual con un sistema de partidos dividido en tres tercios casi iguales: el Partido Nacional, el Partido Colorado y el Frente Amplio en franco crecimiento.
El Frente Amplio es una fuerza política muy particular. Se trata de una convergencia que reúne a prácticamente todo el espectro de la izquierda uruguaya, con la excepción de exiguas facciones. Desde su surgimiento y posterior crecimiento en la década de 1990 la disputa política en Uruguay se ha enfocado en la reacción de la clase política y sus intentos por limitar el avance del FA, lo que ha conducido a una previamente difícil de imaginar cooperación blanco-colorada.
De la mano de Tabaré Vázquez, el FA comenzó a crecer a costa de ambos partidos, arrebatando a los Colorados el bastión urbano de Montevideo en 1989 (lo gobiernan desde entonces) y a partir de 1999 se ha mantenido como la primera fuerza legislativa del país.
Vázquez fue sucedido por José Mujica (2010-2015) antiguo Tupamaro y líder del Movimiento de Participación Popular (MPP). Luego volvería a gobernar Vázquez por un segundo mandato entre 2015 y 2020.
Los últimos años han estado marcados por la imprevisibilidad del electorado por su división generacional: los partidos tradicionales se apoyaron en el electorado de mayor edad, mientras que el FA en sectores más jóvenes, pero eso empezó a variar luego de quince años de gobierno.
En 2019 el candidato del FA, el exindendente de Montevideo Daniel Martínez, pasó a segunda vuelta contra Lacalle que logró un acuerdo con todos los demás partidos con representación legislativa, la "Coalición Multicolor", que se impuso por tan solo 37.000 votos (1,58%).
A su gobierno le tocó encarar el Covid-19, un desempleo preocupante y un aumento de la inseguridad. Transitó la crisis con relativa estabilidad y continúa exhibiendo indicadores envidiables si tenemos en cuenta los muy difíciles escenarios en los países vecinos.
Tras el fallecimiento de Vázquez y el retiro de Mujica, el FA busca una renovación generacional. Su candidato será Yamandú Orsi (del MPP), intendente de Canelones, con la intendenta de Montevideo Carolina Cosse, del ala más izquierdista, como compañera de fórmula. Orsi tiene a su favor la base urbana del FA y el hecho de representar un bloque opositor unido, así como su perfil de "izquierdista moderado". La mayoría de los analistas coinciden en que cualquier candidato frenteamplista tendría una ventaja inicial y el tema es el balotaje.
El FA tiene casi garantizado quedar en primer lugar ahora y, por tal motivo, se anticipa que la disputa del domingo será marcada por la batalla entre el Partido Nacional y el Partido Colorado por la sucesión de Lacalle, quien no puede ir por la reelección.
El candidato del Partido Nacional es Álvaro Delgado, que ejerció como Secretario de la Presidencia de Lacalle durante la mayor parte de la gestión. Delgado tiene a su favor el fuerte aparato rural de los Blancos, que podría darle el espaldarazo para alcanzar la segunda vuelta.
Andrés Ojeda, la "sorpresa" de la elección tiene 40 años, es abogado penalista y reconocida personalidad televisiva, Ojeda tuvo una incursión política tardía. Aplastó a sus oponentes en las internas de un Partido Colorado bastante venido a menos en junio.
Ojeda desafía todo análisis político: afirma ser oficialista de un presidente que no es de su partido y se postula por la fuerza que más tiempo gobernó el país en su historia usando tácticas de outsider.
Pese al ambiente apático el voto es obligatorio y por lo general la concurrencia suele ser abrumadora (nueve de cada diez uruguayos votan). El Uruguay dará este domingo un paso adelante para elegir a su gobierno por los próximos cinco años. Se espera una jornada cívica tranquila.