Miles de incendios en Brasil provocan una nube de humo que cubre el 80% del país

En medio de una sequía extrema ligada al cambio climático, Brasil sufre los efectos de una multiplicación de fuegos de norte a sur. Las nubes de humo cubren buena parte del territorio del mayor país de América Latina.

La columna de humo que cubre Brasil no es nueva, esta vez llegó a los estados de Río Grande do Sul, San Pablo y el sur de Bahía, declaró a la agencia de noticias Xinhua la especialista en química atmosférica del Inpe Karla Longo.

San Pablo, la mayor metrópolis latinoamericana, escaló durante varios días a lo alto de la clasificación de las ciudades más contaminadas del mundo, según la empresa de vigilancia de calidad del aire IQAir. Las mascarillas se volvieron a ver, sobre todo en Porto Velho y otras ciudades de la Amazonía, que vive su peor ola de incendios en casi dos décadas, según el observatorio europeo Copernicus.

Al menos 40% de los habitantes de San Pablo y de Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais, y 29% de Rio de Janeiro afirman que su salud se vio afectada por la contaminación, según un sondeo del instituto Datafolha. En uno de los hospitales de Brasilia la atención a pacientes por problemas respiratorios superó en más de 20 veces el promedio.

La capital, acumula más de 160 días sin lluvias.

Las búsquedas en internet sobre "calidad del aire" se dispararon en todo Brasil a niveles inéditos, según la herramienta Google Trends, que también dio cuenta de un aumento de los términos "humidificador" y "purificador de aire".

Expertos apuntan a modelos anticuados en la medición de la calidad del aire y ausencia de planes para casos de emergencias en Brasil.

El pasado jueves, por primera vez desde el inicio de la estación seca, la nube de humo conectó con los corredores de humedad de la Amazonia, provocando inestabilidades en la atmósfera desde el sur de Brasil hasta el noroeste de Amazonas.

Estas inestabilidades produjeron chubascos aislados, aunque el fenómeno también está relacionado con la lluvia negra, resultado de la mezcla del agua con el hollín que transporta el humo.

El humo generado por un incendio puede permanecer en la atmósfera hasta diez días, afectando a la calidad del aire con partículas nocivas para la salud, como las PM 2,5 (partículas de 2,5 micrómetros, que pueden penetrar en las capas más profundas del pulmón).

Aunque en parte del país la situación debe mejorar próximamente, en la Amazonia no habrá alivio, ya que se prevé sequía hasta final de octubre.