Lula frenó una ley que subía a 20 años de cárcel la pena para mujeres condenadas por aborto

Sociedad 19 de junio de 2024
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Con velocidad récord la Cámara de Diputados del Congreso federal brasileño votó el miércoles 16 a favor del tratamiento urgente de un Proyecto de Ley que de un mínimo de 3 años eleva a 20 la pena de prisión para las mujeres que hubieran interrumpido su embarazo más allá de la 22ª semana de gestación y fueran condenadas por aborto.

El Código Penal brasileño tipifica la interrupción voluntaria del embarazo como delito. La conducta no es culpable en los casos de violación, de grave riesgo de salud para la gestante, y de malformación degenerativa actual o irreversible del feto.

 Según datos del sistema público de salud brasileño, 44 ​​bebés nacen cada hora de madres adolescentes en Brasil, de los que dos hijos de gestantes de entre 10 y 14 años.

La iniciativa del diputado Sóstenes Cavalcante, del Partido Liberal (PL, que prestó el sello a Jair Bolsonaro para su candidatura presidencial de 2022) iguala en su texto la escala penal del homicidio y la del aborto. Pero sólo para la madre, y si el procedimiento de interrupción del embarazo era realizado a partir de la 22ª semana de gestación. A un homicida y a una mujer que abortó cabía la misma pena.

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Después de una semana de entusiasmo de diversos líderes de la derecha, los medios brasileños comunicaban con desconcertada unanimidad que las jefaturas de bancada en la Cámara de Diputados descartaban una pronta votación del PL y dudaban del texto legal. El motivo estaba en el rechazo de la opinión pública. Había resultado determinante la decisión del gobierno y del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de esperar, antes de pronunciarse, y de abstenerse de militar en todo conflicto de 'guerra cultural' entre abortistas y antiabortistas.

El presidente reiteró su conocida postura de oposición al aborto. Sin reiterar detalles sobre si se opone a la despenalización o a la legalización. Y a la injusticia de igualar el aborto al homicidio, y de castigar con cárceles seis o siete veces más prolongadas a una madre violada que a un violador.

La reacción del oficialismo y del presidente Lula se hizo esperar. La dilación le fue reprochada al Ejecutivo desde el Partido de los Trabajadores (PT) y desde la izquierda a la izquierda del PT que también se sienta en Diputados.

Finalmente, tanto la espera como el foco elegido contribuyeron una y otra a la toma de distancia del Congreso con el proyecto.

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