La guerra contra las prepagas

Conviven en el Gobierno dos estados de ánimo disociados: por un lado, un temor a que los efectos de su ajuste sean percibidos como una declaración de guerra por la sociedad en general y, en particular, por los sectores medios que votaron a Milei; por el otro, la satisfacción por un rally financiero que no para y se traduce en suba del peso, las acciones y los títulos de la deuda pública. Nunca antes visto en este nivel. 

Desde que fue promulgado el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 que desregula sectores clave de la economía, entre ellos los servicios de salud privada, las empresas de medicina privada aumentaron en promedio 160% acumulado en lo que va del año.

El ministro de Economía, Luis Caputo, entonces se ve obligado a salir y afirmar que "las prepagas le están declarando la guerra a la clase media". Además, el diputado oficialista Luis Espert también contó que tuvo que cambiar de empresa de salud por los precios elevados.

Desde que el gobierno reglamentó el DNU 70/2023, en promedio las prepagas aumentaron 30% en enero, del 26% en febrero, del 23% en marzo y 19% en abril.

El DNU 'Bases para la reconstrucción de la economía argentina' en su artículo n°267, incluído en el capítulo II: 'Marco regulatorio de la Medicina Prepaga', deroga el inciso G del artículo 5 de la Ley N° 26.682 que establecía entre las facultades de la Superintendencia de Servicio de Salud "autorizar en los términos de la presente ley y revisar los valores de las cuotas y sus modificaciones". De esta manera, el Estado ya no tiene injerencia sobre el valor de las cuotas.

Además, el DNU incluyó a las empresas de medicina prepaga en el aporte del 20% de las cuotas al Fondo Solidario de Redistribución. Anteriormente, solo aportaban las obras sociales sindicales un 15%.

Tras el mensaje de Caputo, las cámaras que nuclean a empresas de medicina prepaga (CIMARA, ADEMP Y CEMPRA) informaron a través de un comunicado que pedirán una audiencia "a fin de acercarle toda la información con la que se cuenta y que explica -entre otras situaciones- el desfinanciamiento al que fue sometido el sector durante años".

La verdad es más cruel que la presentada por Caputo. Este sector  encontró la manera de hacer negocios mucho más fácilmente gracias a la amplísima desregulación que, entre otras cosas, derogó las normas que facultaban a la Superintendencia de Servicios de Salud a velar por "la razonabilidad de las cuotas de los planes prestacionales". ¿Quién, en definitiva, declaró esa guerra?

Caputo quiere hacer creer que les habló con el corazón y recibió una respuesta desde el bolsillo. No aclara cómo lo hará después de haber entregado las armas regulatorias.

Los empresarios, aludidos ya pidieron una audiencia para explicarle al ministro que el desbande es perfectamente razonable. Es más, cabría suponer que su principal vocero público, el Ceo de Swiss Medical Group, Claudio Belocopitt, le reiterará su idea de que "esto no es como la papa, que la consume el 100%; es un producto destinado al segmento más acomodado de la población".