El Senado rechazó por una amplia mayoría el DNU 70/23 de Javier Milei y le asestó al Gobierno una dura derrota política. Con 42 votos en contra, 25 a favor y cuatro abstenciones, el megadrecto presidencial de desregulación de la economía cayó en la Cámara alta y ahora pasó a Diputados, con la expectativa de que si allí gana la negativa la medida gubernamental queda definitivamente sin efecto.
Para el gobierno, queda, la administración de este revés legislativo y la, no menor, interna desatada entre los miembros de la formula presidencial. Hace dos días, cuando se confirmó el llamado a sesión, desde Casa Rosada emitieron un comunicado que condenaba el tratamiento “apresurado” del decreto. Luego, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que el mensaje era para “la casta” y no para la vicepresidenta.
En el Gobierno sostienen que el equilibrio fiscal y la responsabilidad monetaria no dependen del DNU. “El déficit cero no se negocia”, repiten como un mantra en el oficialismo. Sin embargo, si bien seguirá vigente y solo podría descartarse si corre la misma suerte en la Cámara de Diputados, en los hechos, además de significar un duro revés político para el gobierno de La Libertad Avanza, el rechazo del decreto rubricado por Milei en diciembre ─que incluye la derogación y modificación de más de 300 leyes─ podría derivar en una reacción negativa de los mercados y tener consecuencias tanto judiciales como económicas.
La Oficina del Presidente Javier Milei emitió anoche un comunicado en el que asegura que el rechazo al DNU 70/2023 por parte del Senado es "un intento de socavar el Pacto de Mayo, el Gobierno Nacional y el cambio elegido por los argentinos".
En un tuit posterior, la Oficina del Presidente, que no existe en el organigrama oficial del Ejecutivo nacional, reivindicó la labor de los senadores de La Libertad Avanza, el PRO y "especialmente de la mayoría absoluta de los senadores de la Unión Cívica Radical" que votaron a favor del decreto. Ayer, 10 de 13 legisladores de la UCR acompañaron la medida.