Empezó el baile

Economía 05 de octubre de 2023
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Desde hace meses, desde Beat advertimos sobre el combo explosivo que conformaban los desequilibrios macro, la inflación desbocada, la olla a presión de los controles cambiarios y de precios, la incertidumbre electoral y las propuestas dolarizadoras o cuasidolarizadoras de candidatos con aspiraciones concretas de llegar al gobierno.

Bueno, el baile empezó, desde hace tiempo. El dólar blue subió ayer más del 4% y finalizó en 843 pesos, pero más importante, la que enloqueció fue la aguja de los tipos de cambio paralelos legales, el MEP y el "contado con liquidación" (CCL), que treparon entre el 8 y el 10 en una sola rueda.

La corrida cambiaria o mejor dicho, la huida del peso, arrecia y eso es una muy mala noticia.

¿Faltan los pesos, los depósitos corren peligro? ¿Se viene un corralito? No.

No va a existir falta de dinero, sino problemas de logística, derivados del desarme que se viene de plazos fijos de particulares y empresas así como de posiciones en fondos de inversión. Este no es precisamente un tema menor.

Como siempre pasa en estos periodos, hay un desarme de pesos, huida de la moneda y refugio en el dólar. En algunos casos, para mantenerlos en el país; en otros, para salir, sacar sus divisas a través del CCL que llegó a $900.

Los tipos de cambio paralelos legales son el MEP (Mercado Electrónico de Pagos, también llamado "dólar bolsa") y el CCL. Ambos surgen de la compra de bonos o acciones en pesos y de su venta posterior en dólares, operación de la que emerge un tipo de cambio. Por tratarse de transacciones entre particulares, las mismas no afectan las reservas del Banco Central. La única diferencia entre ambos es que el MEP termina con los dólares depositados en el país, mientras que el "contado con liqui" finaliza en el exterior, por lo cual también se lo denomina "dólar fuga". El mercado del MEP y el CCL es mucho más grande que el del blue y representa el verdadero segmento cambiario libre, aunque también hay en él intervención del Gobierno a través de la compra-venta de títulos en ambas monedas de modo de bajar el cociente resultante, la cotización.

El CCL subió 8% y superó los 900 pesos. Ese es el precio de pánico que muchos inversores estuvieron dispuestos a pagar para abandonar el país. La intervención oficial podría calmar la cotización por un tiempo, pero la tendencia no apunta precisamente en ese sentido.

La corrida anticipa la primera fase de una transición electoral tripartita el 22 de octubre. O un baile de dos, que precisamente no eran los elegidos por el mercado hace cuatro meses.

Algunos motivos son económicos, un tipo de cambio oficial que, pese a la devaluación del 14 de agosto, ya quedó atrasado otra vez debido a la aceleración de la inflación. Si así no fuera, la liquidación de exportaciones no se habría frenado en seco y el Banco Central no habría vuelto a perder reservas, producto de importaciones muy difíciles de contener por resultar baratas en las actuales condiciones.

Asimismo, el propio aumento de los paralelos en relación con el oficial ensancha la brecha, en el caso del blue 140, lo que genera expectativas de megadevaluación, ni bien pase el ciclo electoral. Recordar a Macri, enojado, luego de las PASO.

Por otro lado, aunque un sector relevante del sistema político nacional, afirme que el déficit fiscal sostenido y su financiamiento vía emisión monetaria son inocuos en términos de inflación, la realidad responde a una lógica diferente, sobre todo en lugares como la Argentina, que, con un riesgo país del orden de los 2.700 puntos básicos, no tiene acceso a crédito para financiar ese desequilibrio.

Al país le urge equilibrar sus cuentas, ojalá que con el mayor criterio posible de equidad y sincerar variables, antes que exploten. Aquí también siempre hemos afirmado que lo que un gobierno no hace o esquiva, finalmente lo termina haciendo el mercado, sin anestesia.

No se hizo nada en cuatro años en términos de brecha, para evitar que las reservas del país se dilapidaran del modo extremo que se hizo. Se rifaron las reservas. Algo plantea Melconian y seguramente luego de las elecciones Massa. Demasiado tarde para lágrimas. No hay mas dólares, 

Una hiperinflación sería el camino más sencillo para que, hipotéticamente, Milei lograra que los pocos dólares existentes alcancen para reemplazar todos los pesos de la economía. Claro, el país no está en hiperinflación, cosa que según la definición más común –aunque algo caprichosa– se produce cuando los precios corren a más del 50% mensual. Sin embargo, fenómenos como la creciente huida del peso, la volatilidad cambiaria, la acelerada carrera nominal, la desaparición del crédito, el acortamiento de los plazos de los contratos y la pérdida de referencia de los precios de consumo, son síntomas que van configurando un escenario de cuidado. El baile ya empezó.

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