El Vaticano inicia un debate histórico con presencia y voto femenino

Sociedad 04 de octubre de 2023
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Se da en relación al Sínodo, cuya fase mundial arranca en el Vaticano, en una asamblea en la que, por primera vez, 54 mujeres, aunque alcanzan el 15% del total, supone un hito histórico, tendrán voz y voto a la hora de tomar decisiones que podrían afectar al futuro de la Iglesia católica.

Un Sínodo que tendrá continuidad el año que viene, cuando se tomen decisiones efectivas, aunque las reuniones de este mes marcarán el camino y las propuestas a seguir. Abordará cuestiones como las bendiciones a parejas del mismo sexo, al sacerdocio, pasando por una progresiva democratización de la institución y un mayor protagonismo de laicos y mujeres frente a una estructura corroída, en palabras del Papa, por el clericalismo y la corrupción.

Por primera vez en mucho tiempo, la decisión del Papa fue salir al paso y contestar, taponando así un boicot a la asamblea sinodal. “No podemos ser jueces que solo niegan”. Así respondía Francisco a los cinco cardenales (el estadounidense Raymond Leo Burke, el alemán Walter Brandmüller, el mexicano Juan Sandoval Íñiguez, el guineano Robert Sarah y el chino Joseph Zen Ze-kiun), que filtraron las preguntas a medios rigoristas de España, Italia y Estados Unidos, exigiendo condenas a las parejas gays o el papel de la mujer en la Iglesia.

En una de sus dudas, los cardenales se preguntaban si la Iglesia podría aceptar “situaciones objetivamente pecaminosas como las uniones entre personas del mismo sexo”. En su respuesta, el Papa, que confirma que para la Iglesia solo se puede hablar de matrimonio en el caso de la unión hombre-mujer, pide “prudencia pastoral” para “discernir adecuadamente si hay formas de bendición, solicitadas por una o por varias personas, que no transmitan una concepción equivocada del matrimonio” porque cuando se pide una bendición “se está expresando un pedido de auxilio a Dios”.

Respecto a otro de los puntos que surgirán en este Sínodo, la ordenación de mujeres, declarada “imposible” de “modo definitivo” por Juan Pablo II, Bergoglio recuerda que “el Derecho canónico no debe ni puede abarcarlo todo” y que “la vida de la Iglesia corre por muchos cauces además de los normativos” y advierte a los cardenales que si no pueden entender esto “será difícil aceptar que el sacerdocio esté reservado solo a los varones y no podremos reconocer los derechos de las mujeres o la necesidad de que participen, de diversas maneras, en la conducción de la Iglesia”.

Lo que sí resulta histórico es la constatación de que, por primera vez en la historia de la Iglesia, “con su voto, varias decenas de mujeres y varones laicos pueden llegar a cambiar el curso de una votación. Pensemos que a veces algo no sigue adelante por una diferencia de pocos votos”.

Por primera vez, el Sínodo del Vaticano debatirá sobre preguntas expresas acerca del celibato opcional, el acceso de la mujer al diaconado (el documento de trabajo aprobado no se atrevió a sugerir explícitamente el sacerdocio femenino), divorciados o el colectivo LGTBIQ+ en la institución o cambios profundos en la estructura jerárquica, que afectarían incluso al mandato del Papa de Roma.

En su relación con la sociedad, y tras admitir “formas de discriminación racial, tribal, étnica, de clase o de casta” en personas que se topan con “una pluralidad de barreras, desde las prácticas hasta los prejuicios culturales,”, que “generan formas de exclusión en la comunidad”, el Sínodo aboga por “dar pasos concretos para ofrecer justicia a las víctimas y supervivientes de abusos sexuales, espirituales, económicos, de poder y de conciencia por parte de personas que estaban desempeñando un ministerio o una misión eclesial”.

 Con información de www.religiondigital.org.

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