

Durante mayo, el precio de la carne vacuna creció por debajo del nivel de la inflación general. En ese escenario, el consumo promedio per cápita volvió a crecer, para ubicarse en el nivel más alto de los últimos dos años.
Así lo analizó la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA), que destacó que en mayo el promedio móvil de los últimos doce meses del consumo per cápita de carne vacuna se habría ubicado en 50,4 kg/año, lo que implica un incremento de 4,7% anual.
Así, se ubica por encima del promedio del 2022 (48,2 kg/año) y 2021 (48,9 kg/año), y levemente por debajo del 2020 (50,7 kg/año). En relación a 2019, cuando se registró el último pico de consumo, continúa un 5,7% por debajo.
De esta manera, de acuerdo a un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Argentina continúa como el principal consumidor de carne bovina por habitante a nivel mundial. “En 2023 se estima un consumo de 53,1 kg por habitante, superando cómodamente a los dos países que continúan en el podio: Uruguay y Estados Unidos, donde el habitante promedio consumiría 43 y 37 kg, respectivamente. A continuación, siguen en el ranking Brasil (35,3 kg), Israel (27,2 kg), Chile (26,3 kg) y Australia (25,6 kg). Pese a todo, el tradicional asado continúa siendo uno de los pilares de la tradición gastronómica local, y un infaltable en la mayoría de las mesas argentinas”, resaltaron desde la entidad.
Uno de los factores que pueden incidir en esta recuperación del consumo de carne vacuna, es que el precio de los distintos cortes sube a una menor velocidad que el nivel general de la inflación e, incluso, por debajo del rubro alimentos y bebidas.
En el último año, el precio promedio de cortes de carne vacuna relevados por el INDEC disminuyó 20,5% con respecto al nivel general del IPC y con relación al precio del pollo entero. Esta significativa caída del valor real de los cortes vacunos resulta consistente con el crecimiento registrado del volumen de carne vacuna enviado al mercado doméstico y, en consecuencia, del consumo aparente de carne vacuna.
Además de una mayor oferta en el mercado local, algunos factores externos también pudieron incidir en una menor evolución del precio de la carne. Se destaca, por ejemplo, la baja de los precios internacionales de la carne bovina con respecto al año pasado: se estima que el promedio de la tonelada exportada en el primer cuatrimestre de este año se ubicó 27% por debajo del precio observado en el mismo periodo del 2022.
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