Miles de católicos participaron ayer de la celebración de San Cayetano, el patrono del pan y el trabajo, en todo el país. La parroquia de Liniers volvió a abrir sus puertas y fue la primera celebración plenamente presencial después de dos años de pandemia. La llamada Fiesta Grande llevó el lema de “Gracias San Cayetano por acompañarnos, ayudanos a cuidarnos como hermanos” y tuvo al cardenal Mario Aurelio Poli oficiando la misa central.
Movimientos sociales se movilizaron en reclamo por un salario básico universal, desde la parroquia en Liniers hasta la Avenida 9 de Julio en la Ciudad de Buenos Aires. Reclamaron medidas concretaspara los sectores populares.
En la misa central, la Iglesia reclamó por la inflación y los problemas de ingresos para las familias. El cardenal Poli destacó que “el pan que alimenta nuestra vida se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante que padecemos y que genera miseria”.
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