Boleto picado

Economía 09 de junio de 2022
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El ministro Guzmán corre contra el reloj para cumplir con los objetivos acordados con el FMI que despiertan dudas en el mercado financiero y en el propio Gobierno.

La velocidad de circulación del dinero aumentó un 25% desde comienzos de año. Otro síntoma de cómo está lanzado el proceso inflacionario. Así y todo, el Central debe asistir al Tesoro, y emite más. Todo se esconde bajo la alfombra de las Leliq. Pero más allá de los faltantes y la inflación, aún crecen la economía, el consumo, el empleo, la industria, la exportación y hasta la inversión, respecto a los bajos niveles de los últimos años. Una bola de nieve.
El final dependerá de la velocidad de la crisis y habrá que ver si se parece más al 89 o al 2001.  Mullir o no las metas fijadas por el FMI implican una recesión o que la economía vuele por los aires.

La receta de Guzmán no resiste mas análisis. Tiene final cantado. Ajuste monetario con inflación, o sea menos pesos con servicios y productos más caros o un descontrol de las variables más sensibles como el dólar. Ningún final es feliz.

Detrás de las caídas de los bonos y activos en pesos, las preguntas. ¿Qué sucedió en las últimas horas para que los distintos instrumentos de deuda en moneda local que cotizan en forma cotidiana hayan reaccionado con fuertes desplomes? En principio, una obviedad: la caída en las cotizaciones obedece a ventas de inversores que parecieran haber tocado una especie de límite en cuanto a las posibilidades de su aversión al riesgo.

El paso siguiente es inquietante, reperfilar la deuda en pesos. La ola de miedo llegará, lógicamente, a los inversores, que ven cierta coherencia con respecto a lo que hiciera oportunamente Hernán Lacunza, ex ministro de economía de Macri, cuando en 2019 reperfiló deuda en pesos, es decir, decidió diferir los vencimientos.

La idea de fondo es sencilla: en algún momento, el cepo cambiario deberá ir cediendo y que a medida que pasa el tiempo, es más probable que esa ecuación la termine resolviendo el mercado.

Hay muchos datos que lo transparentan. Uno es la fuerte caída de las últimas horas de las inversiones en pesos. Otro, la reducción en el plazo de las colocaciones en pesos a las que se está dispuesto a invertir. Es decir que, cuando el Ministerio de Economía quiere financiar sus gastos o renovar una parte de su deuda, debe acomodar esas emisiones a lo que demanda el mercado.

Habrá además otros interrogantes que podrían ser respondidos. Por ejemplo, si los pesos que hoy están en una especie de limbo, los que salieron de las inversiones, pero no entraron al dólar, y los que son producto de la expansión monetaria encuentran nuevo refugio en las emisiones de Guzmán o se van como siempre al dólar. Mas temprano que tarde.

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