La viruela del mono muestra cómo funcionan las vacunas y la vulnerabilidad sin ellas

Sociedad 20 de mayo de 2022
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Reino Unido ha detectado nueve casos de viruela de los monos en el último mes; Portugal, cinco y España tiene al menos siete positivos de los 23 sospechosos. Por la extensión internacional y el número de contagios entre personas, estos brotes van camino de ser los más importantes fuera de territorio africano. No es la primera vez que esta enfermedad, rara pero presente en África Occidental y Central, es exportada a otros países. De hecho, cada vez es más frecuente dentro y fuera de África.

El primer y mayor brote de viruela de los monos fuera de África tuvo lugar en 2003 en Estados Unidos: 47 personas se vieron afectadas, pero no hubo contagio entre seres humanos. Los responsables —o víctimas, según se mire— fueron los perritos de las praderas de un vendedor de animales, que habían estado en contacto con roedores importados de Ghana infectados con el virus.

Los investigadores descubrieron que tres personas se habían infectado de forma asintomática y generado altos niveles de anticuerpos contra el virus. El motivo: habían recibido la vacuna contra la erradicada viruela 13, 29 y 38 años antes, respectivamente.

El virus de la viruela de los monos pertenece al género Orthopoxvirus, al que también pertenece la viruela (Variola virus), declarada como erradicada en 1980. Ambos son, por lo tanto, muy similares. 

A pesar de todo esto, las vacunas contra la viruela originales ya no están en circulación. La EMA y la FDA autorizaron (en 2013 y 2019, respectivamente) una nueva vacuna basada en virus vivos atenuadoscontra la viruela humana y de los monos, pero tampoco está disponible para el público general. Según explican los CDC, los expertos consideran que utilizar estas vacunas tras la exposición a la viruela de los monos podría ayudar a prevenir la enfermedad o hacerla menos grave.

“Hay muy poca cantidad de ambas ahora mismo, no sería rápido disponer de la cantidad suficiente para todo el mundo, pero tampoco sería como empezar de cero sin una vacuna”, aclaraba la presidenta de la Asociación de Médicos de Sanidad Exterior, Mar Faraco, en declaraciones al Science Media Centre.

Existen dos cepas de este virus, la de África Occidental y la de Congo. La letalidad oscila entre el 1% de la más leve —la de África Occidental, detectada en los casos británicos, uno de los cuales había viajado a Nigeria— y hasta el 10% —la de Congo, que probablemente se transmite mejor—. En cualquier caso, estas son cifras procedentes de países africanos y no son necesariamente extrapolables a lugares con unos mejores servicios sanitarios y estado de salud de la población.

Por todo ello, la viruela de los monos permite muchos niveles de análisis. Aúna el problema de las zoonosis, de las enfermedades emergentes, de la vacunación, o falta de ella, del tráfico de fauna y el uso de animales salvajes como mascota, de la estigmatización de los grupos poblacionales afectados, de la erosión de los ecosistemas y de cómo la salud es un problema global.

Y, sobre todo, nos recuerda que vivimos en un planeta repleto de virus.

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