

En Tungsten Collaborative, una empresa canadiense de diseño, las mascotas tienen derecho a entrar a la oficina con sus dueños.
Según la gerencia, la pandemia volvió a las empresas más tolerantes con la presencia de mascotas en el trabajo.
"Alentamos a las personas que tienen mascotas a que las traigan" a la oficina, dijo el presidente de Tungsten Collaborative, Bill Dicke.
"Uno desarrolla la relación con su mascota en casa y de repente vuelves al trabajo, y tienen que estar enjaulados por el día o deambular solos por la casa", lamenta el gerente de 47 años, quien siente que esto "no es justo" para el animal.
La inclusión de Tungsten Collaborative en la lista de Humane Society de empresas que aceptan perros provocó un aumento tanto de la actividad comercial como de la productividad del personal, dijo Dicke.
Según una encuesta reciente de Léger realizada para PetSafe, la mitad de los canadienses (51%) apoya la idea de llevar a su perro a la oficina.
Esa propuesta es especialmente apreciada por los más jóvenes: el 18% de los empleados entre 18 y 24 años dice que cambiaría de trabajo si su empleador le negara esta opción.
Ante los aproximadamente 200.000 canadienses que adoptaron un perro o un gato durante la pandemia, los jefes que exijan el trabajo presencial a sus empleados podrían verse obligados a considerar flexibilizaciones.