

Milei y Cristina tienen, en estas horas, el mismo interés, que el Tribunal ordene la detención domiciliaria, antes de la movilización que prepara el peronismo, que la notificación de sentencia se haga por vía remota o a través de una comisión judicial que se traslade al domicilio de la expresidenta. Y a otra cosa.
Cristina se presentará el miércoles en Tribunales para su detención en el marco de la causa Vialidad y distintas organizaciones sociales y sindicatos convocaron a una marcha para acompañarla. La Corte Suprema de Justicia confirmó la semana pasada la condena que determina 6 años de prisión y la inhabilitación para ejercer cargos públicos de por vida.
La condena a Cristina sacó al peronismo de su disputa interna electoral y forzó una unidad que ahora buscan ampliar a extrapartidarios, con la intención de dar una señal en la calle a la Corte Suprema y a Milei. El objetivo es convertir la presentación judicial en una multitudinaria marcha que reclame contra la proscripción de la expresidenta.
La consigna es “Argentina con Cristina” y los organizadores ya pidieron que los manifestantes lleven banderas argentinas.
La solidaridad y unidad del peronismo llegará hasta garantizar la domiciliaria. Será el desenlace para ver el después.
El punto, acaso el más preocupante, es el que revela que el establishment económico sigue desconfiando de la sostenibilidad política y económica del proyecto en marcha, que todavía considera en situación precaria. Es evidente que los hombres de negocios temen una repetición del 2018 , que traiga de vuelta de una u otra forma al kirchnerismo.
La condena sería en este caso una garantía contra un regreso de una dirigente contra la que mezclan inquinas reales y componentes de irracionalidad.
En este marco, las dudas son potentes. Es exactamente por eso que en la Casa Rosada, las preocupaciones son más urgentes que los desequilibrios sistémicos del modelo. Ya analizan cómo sería el veto al proyecto de jubilaciones que, dicen, implicaría un aumento del gasto Ahí aparece, la figura de Macri, el principal riesgo para la gobernabilidad de Milei. Si el veto no logra ser sostenido, quedaría en jaque la recuperación financiera, la baja del Riesgo País, el dólar barato y el plan de rolleo de la deuda que fundamentan las expectativas en el gobierno.
Una crisis causada por una sola acción. Un escenario que daría razones a la desconfianza y que se mantendrá al menos hasta después de octubre, cuando el Gobierno debería obtener una minoría de bloqueo que le permita gobernar con vetos y decretos. Antes de eso, la movilización del peronismo podría ser un revulsivo que presione sobre cualquier intento de independencia del macrismo y del radicalismo, pero también un agravante para la gobernabilidad oficialista de cara a las elecciones de octubre.
Cristina era el último dique de contención institucional de su electorado.
No son pocas las voces que creen que no tendría el mismo peso si la Justicia elige no darle la prisión domiciliaria.