

Pese al tiempo transcurrido, nunca cambió el hecho de que las lágrimas de alegría de media Argentina han tenido siempre la contracara de las lágrimas de tristeza de la otra mitad, de manera alternada.
No podría haber ocurrido otra cosa ayer, cuando quien es la última líder del movimiento, Cristina Kirchner, queda enfrentada sin remedio a un futuro de prision y sobre todo de inhabilitación política.
Sin Francisco que nos dejó hace poco más de 30 días, primero Grabois y ayer Cristina.
Esperaron que se fuera quien era el último reaseguro de la convivencia pacífica y lo hicieron. Era un estorbo, siempre lo fue para aquellos que juegan al poder en la patria.
Gran parte del arco político y medios del mundo se pronunciaron sobre la confirmación de la pena a Cristina.
El un impacto complicará a los espacios más centristas, aquellos que hace décadas se ven tironeados entre la impostura o postura anticorrupción y sal que hoy callan, la anti autoritaria de la ultraderecha. Es justo decir que siemore se reclamó al kircnerismo más república y al fin y al cabo aquellos que lo hacían, hoy hacen malabares para justificar a un difamador serial al borde del desquicio.
El peronismo está tan perdido que el trotskismo tiene una línea más clara y honesta, sobre cómo reaccionar ante la decisión de la Corte. Como ocurrió con Perón y Kirchner, Cristina no pudo evitar el destino argentino de pasiones enfrentadas. Ayer, en otra jornada conflcitiva hubo lágrimas otra vez.
En un último acto público llamó monigotes a los jueces de la Corte, responsabilizó al Grupo Clarín por el fallo y denunció la existencia de un “cepo al voto popular”.
Algunos gremios y la CGT declararon el estado de alerta y se vienen medidas de fuerza de bancarios, judiciales y metalúrgicos, entre otros. Los docentes universitarios de FATUN van al paro. Hay toma de facultades de la UBA.
No hace falta negar que haya habido hechos de corrupción durante los gobiernos kirchneristas para que la persecución sea obvia. Particularmente, si se analiza el comportamiento del Poder Judicial ante otros casos similares.
La democracia se debe a si misma una reforma en la justicia y fuerzas de seguridad. No hay libertad sin jueces ni policías que cuiden y protejan el estado e derecho.
Con Milei en un plan de ajuste y deuda que genera dudas, una Corte de tres miembros, le prohibe ser candidata a la dirigente más popular de la oposición y la consagra como perseguida política. Fiesta en el poder.
Sin dudas cambia el mapa politica y quizás crezca la participación electoral. Con el radicalismo y demás fuerzas honestistas lo que se vislumbraba como la creación de un frente democrático anti antifascista se demora hasta nuevo aviso. Los libertarios no entienden aún la magnitud de lo que viene.
No entrar en un frenesí de entusiasmo facilista y autoindulgente bajo la certeza de que el peronismo sabe cómo organizarse y resistir. El peronismo será quienes lo conformen.
Solo el 1% de la población tiene imagen "muy buena" de los jueces, y 59% muy mala. Peor imagen que el FMI, los sindicalistas o el PRO.
En la escena más temida de los últimos años, la de Cristina presa, aparece otra, la de ella bailando en el balcón del departamento sonriendo. Mostrando, una vez más, su militancia política y que está predispuesta para aceptar su lugar.
Un regalo involuntario de quienes, una vez más y como tantas veces en la historia, aportan su cuota de insensatez y destrucción para generar un efecto contrario, construir el mito colectivo y popular.