Una imagen que sorprendió al mundo marcó el inicio de la final de la Champions femenina entre Barcelona y Olympique de Lyon,r en la ciudad española de Bilbao. Una vez que salieron las 22 protagonistas a la cancha, junto al cuerpo arbitral, para escuchar el himno, dos personas accedieron al terreno de juego del estadio de San Mamés portando una bandera en apoyo a la causa Palestina.
Tras exhibir la bandera ante el público, los fotógrafos y las cámaras de TV, depositaron la bandera sobre el terreno de juego, delante de las jugadores de ambos equipos.
La bandera, además, llevaba escrito un mensaje que decía: "Detener el genocidio. Unión Europea, no seas cómplice".
Una final de récord
Los 50.827 espectadores que acudiaron al estadio bilbaíno de San Mamés para presenciar la final de la liga de Campeones entre el Barcelona y el Olympique suponen un récord de asistencia a una final del torneo femenino de clubes más importante del mundo.
La marca registrada este año supera los 50.212 espectadores que vieron en directo la final entre el Lyon y el Frankfurt disputada en 2012 en el Olímpico de Múnich. Dos goles de Aitana Bonmatí y de Alexia Putellas le dieron la victoria al Barcelona en la final de la Liga de Campeones, logrando la tercera Champions femenina de su historia.