Las protestas del campo se extienden por Europa

Agricultores belgas bloquearon el acceso al puerto de Zeebrugge y otros puntos del país, enojados por el aumento de los costos y las regulaciones medioambientales de la Unión Europea.

Este movimiento en Bélgica fue claramente influenciado por protestas similares en Francia, donde los agricultores han establecido bloqueos y generado interrupciones significativas en París, aumentando la presión sobre el gobierno francés. De hecho, los agricultores belgas han comenzado a realizar acciones paralelas, como interrumpir el tráfico durante las horas pico, incluyendo bloqueos cerca de la frontera holandesa en la autopista E19.

En España, asociaciones adelantaron que se van a sumar a las movilizaciones en febrero.

Los tres principales sindicatos agrarios anunciaron que se unirán a las protestas de sus colegas de varios países europeos con "movilizaciones" contra "las difíciles condiciones y asfixiante burocracia" de la Unión Europea.

"El sector agrario en Europa y en España está sumido en una frustración y malestar creciente" por las reglas europeas, argumentaron los tres grandes sindicatos españoles en un comunicado.

Estas organizaciones critican la importación de productos de otros países a bajo precio que presionan a la baja los de la UE y los producidos en España y que son un caso de competencia desleal. España produce una gran parte de las verduras y frutas que se consumen en la UE, pero vive un momento difícil por la sequía que la azota desde hace tres años y que ha reducido notablemente las cosechas de aceitunas y cereales.

La movida potente está en Francia, donde tractores mantienen un cerco alrededor de París por segundo día.

Agricultores franceses realizan protestas por mejores salarios, menos trámites burocráticos y más protección contra la competencia extranjera, como el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur.

Francia es el mayor productor agrícola de la Unión Europea.

Los agricultores remarcaron que no se les paga lo suficiente y que se ven asfixiados por una regulación excesiva en materia de protección del medio ambiente. El Gobierno mantiene reuniones con supermercadistas para bajar los precios de los alimentos, algo que los productores critican por la suba de sus costos. Un plan gubernamental para eliminar de manera gradual una exención fiscal para agricultores sobre el combustible diésel es otro punto de conflicto.

Las negociaciones entre la UE y Mercosur para lograr un acuerdo comercial también son rechazadas por los agricultores dado que consideran como competencia desleal en los sectores del azúcar, los cereales y la carne.

Los agricultores rechazan las reglas de subsidios de la UE, como el requisito de dejar el 4% de las tierras agrícolas en sin sembrar.