Primer examen parlamentario de Milei

31 de enero de 2024
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La dirigencia política binorma de la Cámara de Diputados, de a ratos oficialista, de a ratos opositora para desconcierto de propios y extraños, se dispone a darle quorum hoy al Gobierno y a votar en general lo que queda del proyecto de ley ómnibus, tras el desenlace que mandó a un desarmadero el capítulo fiscal del mismo.

Como en muchos otros aspectos, la Argentina se debate entre lo seguro y lo incierto. Por un lado, sin subas de impuestos a sectores con capacidad contributiva, es una fija que el ajuste en curso será más duro e inequitativo. Por otro lado restan definirse asuntos troncales de lo que queda, entre ellos qué facultades le dará el Congreso al presidente para que gobierne por decreto y qué empresas serán privatizadas.

El día D definirá las iniciativas principales: superpoderes para el Presidente durante un año en siete áreas: economía, fiscal, finanzas, seguridad, tarifas, energía y administración del Estado.

Un amplia reforma del sector público, privatización de todas las empresas del Estado –salvo YPF–, desregulación de la economía, posibilidad de que se vendan las acciones de las empresas privadas que ostenta la Anses, cambios en los códigos Penal, Civil y Comercial, criminalización de la protesta social, modificaciones en materia educativa y de transporte, ajuste en el sector cultural y  del medio ambiente. Afuera quedaron la suba de retenciones y el cambio en jubilaciones, otras delegaciones, desregulaciones provinciales, la reforma política, entre otras 

La ley es tan inabarcable como las distintas aristas políticas que se pondrán en juego la sesión. Todo el tiempo que se extiendan los discursos, será tiempo ganado para que el oficialismo siga ajustando la redacción final.

La aprobación en general está descontada, sumaría sin inconvenientes más de 140 voluntades a favor en el test general. Todo se debate entre lo estable y lo inestable en la imprevisible Argentina. El DNU quedó en el aire en la totalidad de su capítulo laboral. Se perdió una notable oportunidad de debatir sobre el futuro del trabajo. 

La Sala de Feria de la Cámara del Trabajo le dio la razón a la CGT y estableció que no había ni necesidad ni urgencia que motivara cambios en asuntos sensibles como la reducción de la base de cálculo de las indemnizaciones, la modificación de su régimen general, la limitación del derecho constitucional a hacer huelga, los aportes de los trabajadores a los sindicatos y la competencia entre obras sociales y prepagas. Urge que la Corte diga lo suyo.
 
Como el río de Heráclito, que siempre fluye, el Fondo Monetario Internacional va y viene, aunque al final no puede con su genio. Aunque respalda el nuevo rumbo del país y, según ponderó sorprendido Francos, sus principales autoridades se peleaban para sacarse selfies con Milei, el cambio es realmente descorazonador. Si en octubre decía que el país crecería este año 2,8%, ahora dice lo contrario: caerá en esa misma proporción. Mientras, la inflación "bajaría" a 150% anualizado hacia finales de año.

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