

Ayer 2 de agosto marcó una preocupante fecha para la humanidad, ya que hemos agotado los recursos y servicios ecológicos que el planeta puede regenerar en un año en tan solo siete meses. Greenpeace, emitió un llamado a frenar el consumo y el derroche para enfrentar esta alarmante realidad.
El Día del Sobregiro de la Tierra, concebido por la Fundación Nueva Economía del Reino Unido y calculado por la red Global Footprint Network (GFN), arroja luz sobre el impacto de la sociedad en el medio ambiente.
La huella ecológica, que mide tanto la oferta como la demanda, evalúa la biocapacidad de una región y el consumo que hace de recursos ecológicos. Si la demanda supera la oferta, se crea un déficit ecológico, lo que resulta en importación, liquidación de activos ecológicos o emisiones de CO2.
Lamentablemente, el déficit ecológico no es un problema aislado de algunos países, ya que a nivel mundial el sobregiro ecológico es equivalente al déficit, debido a que no se pueden importar recursos netos al planeta. A pesar de esto, Greenpeace destaca que más del 25% de los países no exceden su capacidad ecológica, pero señala que muchos de ellos sufren de pobreza.
La eficiencia energética es otra vía para reducir la huella ecológica. La disminución del consumo de energía en hogares y lugares de trabajo, así como el aumento del uso de fuentes de electricidad bajas en carbono, pueden tener un impacto significativo en el retraso del sobregiro.
El desperdicio de alimentos es un problema alarmante que también debe abordarse. En la actualidad, un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde o desperdicia. Reducir este desperdicio podría retrasar el sobregiro en 13 días, lo que evidencia la relevancia de tomar medidas en este ámbito.