Luego de que desde Juntos por el Cambio reconocieran el triunfo de Daniel Passerini como el próximo intendente capitalino, el gobernador electo, Martín Llaryora, tomó la palabra en el búnker.
El discurso de Llaryora de recién es fundacional de algo. No sabemos bien de qué, pero una cosa es segura: ese algo va a ir a explicarles a los porteños cómo entender a Córdoba.
Llaryora empezó su discurso agradeciendo a los votantes: “Quiero empezar saludando a todos los vecinos que participaron hoy de esta hermosa jornada democrática. Quiero valorar a todos aquellos que fueron parte de las listas, tanto de las nuestras, como la de las demás que hicieron propuestas y que se animaron a caminar la ciudad en el anhelo de querer hacer la mejor propuesta para cambiar la vida a los vecinos”.
El actual intendente de la ciudad agradeció al candidato Rodrigo de Loredo por su “gesto” de “reconocer la derrota dignamente”. “Pido un fuerte aplauso para aquellos que saben cuándo pierden y reconocer la derrota”, sostuvo.
Por otro lado, Llaryora apuntó contra los dirigentes políticos que acompañaron a De Loredo este domingo en Córdoba.
“Se que muchos de los que vinieron hoy no se explican este resultado. Fallaron todas las encuestas, por eso hoy vino gente de todos lados. Fallaron todos los números, pero lo que no fallaron fueron los cordobeses, que no necesitamos que nadie de afuera nos venga a explicar nada”, dijo el futuro gobernador.
“Basta de que nos maltraten de afuera, de que nos vengan a explicar qué hacer y qué no hacer los pituquitos de Recoleta. Que este ejemplo sea tomado por el interior de nuestra patria. Este es el grito de Córdoba”, indicó Llaryora.
Además, Llaryora dijo que desde su partido defienden “la Argentina federal del interior”: “Les decimos que el pueblo del interior de la Argentina no aguanta más. Nosotros estamos cansados de este pensamiento unitario que hace más pobre a la Argentina. Nosotros los cordobeses no entendemos otra cosa más que trabajar y progresar”.
El discurso de un dirigente que se proyecta con con viejo y exitoso método, Delasotismo al palo.