Ayatolás y LGBTIQ+: un partido con muchos condimentos

Deportes 21 de noviembre de 2022
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Desde ayer, todo el mundo orbita en torno a lo que sucede en Catar: por un mes, el resto de las noticias pasará a segundo plano. Ganó Ecuador y por primera vez en la historia el equipo anfitrión perdió en el partido inaugural. 

Hoy abren el día Inglaterra e Irán. Partido con altísima connotación política, aunque menos que el que enfrentará a los persas contra Estados Unidos, el martes 29, y, además, muy importante.

Inglaterra llega como uno de los grandes favoritos para ganar el torneo, con un plantel repleto de estrellas que realmente intimida: Harry Kane, Raheem Sterling, Trent Alexander-Arnold y Phil Foden, entre otros, casi todos jugadores del torneo más atractivo del planeta, la Premier League.

Por el lado de Irán, todo es una enorme incógnita. El equipo es fuerte, se clasificó sin problemas en Asia y, en los últimos Mundiales, estuvo a punto de provocar grandes sorpresas (en Rusia, erró un gol muy fácil en el último minuto que hubiera dejado afuera a Portugal). El tema es que, a partir de lo que sucedió en los últimos meses desde el asesinato de Mahsa Amini por parte de la policía, el deporte en el país se politizó como nunca antes, y la selección de fútbol no fue la excepción.

La estrella de la selección se llama Sardar Azmoun, juega en el Bayer Leverkusen de Alemania y, cuando estallaron las manifestaciones en las ciudades persas, no dudó en manifestarse a favor de quienes protestaban y contra el gobierno. Escribió en su Instagram: “Esto no podrá ser borrado de nuestra mente. Debería darles vergüenza. Han dejado un dolor en el corazón de la nación que la historia no olvidará jamás”. A partir de ahí, los rumores sobre su posible no convocatoria al Mundial crecieron exponencialmente y, encima, la conferencia de prensa en la que el entrenador de la selección, el portugués Carlos Queiroz, iba a anunciar la nómina de 26 jugadores fue postergada varias horas respecto a su horario original, lo que dio pie a todo tipo de rumores. Al final, Azmoun estará en Catar y será, sin lugar a dudas, el centro de todas las miradas.

Así como él, varios jugadores de la selección se manifestaron contra el gobierno e incluso, se habla de que realizarán acciones simbólicas durante los juegos para mostrar su descontento.

Encima de todo, para los ayatolás, si bien EE.UU. es visto como el principal enemigo de la nación, los británicos también representan lo peor del imperialismo.

Si hay que seguir sólo a un jugador, hay que prestar mucha atención a lo que pueda hacer el inglés Harry Kane en el partido ante Irán de hoy. No solo porque el crack del Tottenham es un jugador de clase mundial y puede ser una de las grandes estrellas del torneo, sino porque es el capitán del equipo y se espera que salga a la cancha con el brazalete con los colores de la comunidad LGBTQI+.

El tema de las cintas de capitán generó muchísima polémica en la previa del torneo. Veremos si, a la hora de salir a la cancha, Kane se convierte en el primer jugador de la competencia en desobedecer las órdenes de la FIFA y mostrar los colores del arcoíris en su antebrazo, en un país donde la homosexualidad no está permitida y se pena por ley.

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