Crecen las reservas y ya se frenan importaciones

Si se cierra la canilla oficial de los dólares para la importación de bienes considerados suntuarios e importaciones financiadas, la reacción de manual es que suba la moneda norteamericana en los mercados paralelos porque significa que hay pocas divisas. Y eso es lo que está sucediendo. Después de las medidas para controlar compras externas, el dólar blue continúa con su escalada, del 3%, hasta alcanzar los $ 239, un récord. 

Los dólares paralelos legales, que se consiguen triangulando con bonos y acciones, también se elevan. El contado con liquidación (CCL), para girar los fondos al exterior, y que es usado por empresas e individuos más sofisticados que en la plaza blue, aumenta 1,6%, hasta los $ 250. El dólar bolsa o MEP (Mercado Electrónico de Pagos), que sirve para acreditar las divisas en cuentas locales, se incrementa 1,1%, hasta los $ 243,89.

Al menos, el Banco Central puede resaltar que logró revertir la tendencia de caída de reservas y ha embolsado US$ 400 millones. Lo logró gracias al frenazo.

El riesgo país, que refleja la desconfianza de los inversores en el pago de los títulos públicos en dólares, superó los 2.500 puntos básicos: está en 2.508. Todo esto en una jornada en la que Martín Guzmán debía renovar bonos en pesos con el sector privado por $ 243.701 millones. El ministro de Economía obtuvo finalmente eso y más: $ 248.078 millones, pero sobre la base de ofrecer por primera vez en su gobierno tasas de interés reales positivas (por encima de la inflación), cuando antes se endeudaba alrededor de 10 puntos porcentuales por debajo del índice de precios al consumidor.

Al igual que ocurre en Estados Unidos, tanta suba de tasa pone a la economía con riesgo de estancarse. El cepo importador también contribuye a la desaceleración de la actividad. Todo sea por evitar más inflación y una devaluación brusca. Todo tiene un costo.