El presidente de México dejó la puerta abierta a participar, pero espera una respuesta de la Casa Blanca al planteo de no excluir a ningún país de la región. EEUU manifestó que quiere que México participe.
Será la novena reunión de los países de la región y la primera vez que EEUU es el país anfitrión desde que se inauguró en Miami en 1994. Los países de la región reaccionaron ante la decisión norteamericana de excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela de la cumbre.
El presidente argentino participará de la reunión y llevará la postura de la CELAC. El director principal para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU dijo el miércoles que “todavía tenemos que hacer algunas consideraciones finales pero pronto informaremos públicamente sobre la lista definitiva de invitados”.
Se trata de un inusual intento de última hora para salvar lo que los funcionarios describieron en su día como un evento de máxima prioridad para las relaciones de Estados Unidos.
Las ausencias de los líderes más importantes –sobre todo del presidente de México, que amenaza con un boicot– corren el riesgo de socavar la reunión, incluso cuando Biden y su equipo intentan avanzar en cuestiones políticamente delicadas, como la inmigración en la frontera sur de Estados Unidos y el crecimiento económico.
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