Cómo puede terminar la guerra

11 de marzo de 2022
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Mientras el gigantesco convoy de más de 64 kilómetros de largo que llevaba una semana estático aguardando órdenes a las afuera de la capital de se ha dispersado adoptando posiciones estratégicas, hoy la OMS aconseja a Ucrania que destruya todos los patógenos de los laboratorios biológicos/biotecnológicos para evitar "cualquier fuga/derrame potencial" que pueda propagar enfermedades entre la población.

Dos hechos unidos y que dejan ver por un lado la sospecha de Rusia sobre armas biológicas en Ucrania y por otro lado que una hipotética batalla en Kiev es inminente. Cómo abordar esta última sólo lo sabe Putin.

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Cuando Putin cerque definitivamente Kiev, Zelenski deberá negociar. Los poderes fácticos deberán encontrará una solución. El objetivo de Putin es y fue anexar Crimea y reconocer a  Luganks y Donetsk. El corredor del Mar Azov. 

Días después de la reunión del primer ministro israelí Naftali Bennett con el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú, los detalles comienzan a surgir. Según esa perspectiva y más allá del fracaso en Turquía, la situación actual es que Rusia en algún momento va a encarar una versión final de su oferta para poner fin a la crisis, que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, deberá aceptar o rechazar.

La propuesta, como en cualquier guerra y más aún con lo lejos que fue Putin en estos quince días, será seguramente considerada difícil pero no imposible. Será peor de lo que habría obtenido Zelensky antes de la invasión, pero a pesar de la crueldad de los bombardeos, no tendrá margen sino se involucra Estados Unidos.

Es evidente que Putin ordenó a sus fuerzas que se detuvieran, y se dio la orden de promulgar un alto el fuego, para esperar la decisión de Zelensky. Esto es pensando en Kiev. Los bombardeos en las zonas estratégicas continuaron y de hecho ayer “fracasó” un alto al fuego. 

Si el presidente de Ucrania rechaza la propuesta, es probable que suceda la suposición del presidente francés, Emmanuel Macron, de que "lo peor está por venir". En ese escenario, Putin ordenará a su ejército pisar el acelerador a fondo y cambiar para siempre, aún más, a Ucrania. 

Zelensky, por un lado, goza de una inmensa popularidad y se ha convertido en un héroe nacional y por el otro sabe , sabe muy bien cuál será el final. Su logro podría ser, siempre conjeturando en momentos dinámicos y con el mundo patas para arriba, fortalecer la independencia de Ucrania, pero pagando un alto precio.

Se supone desde ya que será obligado a abandonar la disputada región de Donbas, reconocer oficialmente a los disidentes prorrusos en Ucrania, prometer que Ucrania no se unirá a la OTAN, reducir su ejército y declarar la neutralidad. Todo es negociable pero estas condiciones aunque parecen demasiadas son las de mínima para el líder ruso, si se repasa su historia y declaraciones de la década anterior.

Si rechaza la propuesta, el resultado puede ser terrible: miles, quizás decenas de miles de ucranianos morirán y existe una alta probabilidad de que su país pierda por completo su independencia.

Las negociaciones reales, más allá de Macron o algún amague de Francisco que informamos ayer en Beat, se dará directamente entre Rusia y Ucrania y serán más serias que lo que los medios en general informan. Y así debe ser. Cuando existe un conflicto las negociaciones corren por un andarivel separado y son mucho más serias de lo que en general sale a la luz. Occidente tiene una versión de  instagramers sobre él conflicto, donde surgen museos iluminados, marchas, personalidades que donan dinero o sanciones económicas y simbólicas de multinacionales como Mac o Coca Cola. Es cierto que Rusia está sufriendo y sufrirá las consecuencias económicas de esas medidas.

Kiev, el último bastión no va a compartir con el mundo negociaciones si las hubiera (creemos que las hay), ya que hacerlo le quitaría fuerza a la épica y el relato de emergencia mundial. Si saben cuáles son las demandas de Putin y saben que tendrán que tomar una decisión dramática en los próximas horas. Apenas sé de la orden de avanzar sobre la capital. La decisión es de Zelensky.

Sin embargo, una cosa es segura: Putin está decidido y las crecientes complicaciones desde la invasión no lo disuadirán. Por el contrario, no puede dar marcha atrás, por lo que cuanto más difícil se vuelva la guerra y aumenten las bajas, se verá presionado para mostrar logros reales. 

La impresión es que, a pesar de que las predicciones de una victoria rápida sobre el ejército ucraniano, Putin está tan decidido como siempre.

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