
Los 10 mandamientos de Bragarnik, cómo largó en Talleres y qué interés tiene en Belgrano
El llamado “Señor del fútbol” tiene referencias sobre cómo hizo para manejar más de 100 jugadores –la mayoría, top entre ellos Benedetto-, ser dueño del Elche, gerenciar Defensa y tener intereses en la mayoría de los clubes de la La Liga y la PN.
Deportes04/03/2022
Cristian Bragarnik arrancó en Talleres. Se lo solía ver a principios de 2000 en la Boutique de barrio Jardín cuando era amigo de Mariano Monrroy, uno de los refuerzos de Talleres por esa época. Grababa los partidos y analizaba el rendimiento del volante y de varios de sus compañeros. Su medio de vida era un video club en Flores, su barrio natal.
Esa escena fue hasta 2002. Con uno de sus videos, “el Mosquito” fue al Irapuato de México, un equipo de la segunda división que quedó encantado con las imágenes del futbolista (había muchas del partido con el América, un grande de México) y lo compraron en 400 mil dólares.
Ese fue el comienzo del hoy llamado “Señor del fútbol”. Bragarnik se convirtió en México en empresario top. Llegó a presidir Querétaro, hasta que el club comenzó a ser investigado por los vínculos con el narcotráfico. También negoció con Tijuana, donde es amo y señor de los Xolos y de los Dorados de Sinaloa, club que revolucionó con la llegada de Diego Maradona.
Bragarnik maneja más de 100 jugadores –la mayoría top-, es dueño del Elche, gerencia Defensa (“asesora”, según él) y tiene intereses en la mayoría de los clubes profesionales del fútbol argentino.
Así como Juan Vojvoda y Sebastián Méndez llegaron para dirigir a Talleres y Belgrano, respectivamente, de su mano; también medió para que Jorge Sampaoli fuera el DT de la selección (puso de su bolsillo, un millón de dólares para sacarlo del Sevilla) y tuvo que ver con la llegada de Maradona al fútbol mexicano y, luego, a Gimnasia LP. Es más, acaba de producir el regreso de Darío Benedetto a Boca y el año pasado le dio una mano a Luis Artime cuando asumió como presidente en Belgrano, con la llegada de varios jugadores y el manager Iván Óbolo.
Mandamientos
Líder. “Sé que lidero en el mercado y que llevo muchos años con buenas gestiones. Tengo muy buena relación con todos los representantes, es una profesión digna y compleja porque en este caso está en juego la pasión”.
Esencial. “Los representantes somos imprescindibles en este medio”.
No cobrar a los DT locales. “No le cobro a los técnicos en el mercado local, trato de posicionarlos, que hagan una buena carrera y ahí sí en el exterior tenemos un ingreso. Tengo muchos técnicos buenos y campeones en mi estudio”.
Asesor. “Hay clubes que me llaman y me piden futbolistas. El prestigio ganado y las buenas relaciones desde esa base generó buenos vínculos con directivos y managers. Ellos confían y nosotros buscamos generan más confianza”, argumentó.
No trabajar en Vélez. “Soy hincha, no mezclo los negocios con la pasión. Por ejemplo, una vez Daniel Angelici me pidió el teléfono de Mauro Zárate y todos me putearon porque me apuntaron como el responsable de algo que ni siquiera sabía”.
Entender al hincha. “Yo entiendo al hincha, si el jugador no juega bien dice que soy un delincuente. Mi tranquilidad es mi relación con los presidentes y los profesionales, con ellos me llevo bien. Amo lo que hago y encima es muy bien remunerado, hasta me compré un club como Elche en España”.
Los representados, por sobre todo. “En Boca está Darío (Benedetto) y muchos apuntaron antes contra mí por mi vínculo con Angelici. Yo priorizo las carreras de ellos por encima de mis relaciones personales”.
No apoderar a niños. “Los buscan desde los 12 ó 13 años, en cualquier momento los van a ir a buscar a la panza de la madre. Igual hacen un gran trabajo, cubren muchas cosas, pero es complicado mantener la relación tanto tiempo. Lo agarraste a los 12 y a los 20 te deja solo porque no quiere seguir”.
Ser dueño. "Yo soy propietario de Elche y Darío es socio mío. Es un inversor. Como le fue muy bien en su carrera, me comentó que le interesaba entrar con una participación. Un club se compra con bastante dinero y arriesgando lo que uno fue gestionando durante tantos años. Si no sale bien, se pierden los frutos de muchos años".
Visionario. “El primer jugador que representé fue Mariano Monrroig, que estaba en Talleres de Córdoba. Anduvo muy bien contra América en la Libertadores. Y por suerte le fue muy bien. En esa época no había veedores y mandamos un VHS. A los días llegó la oferta”.