

El análisis de una muestra mineral obtenida por el rover Perseverance revela posibles evidencias de vida ya extinta. Los científicos advierten que también han podido formarse mediante procesos no biológicos.
Una muestra obtenida por el rover Perseverance, a partir de una roca formada hace miles de millones de años en Marte, contiene los indicios "más claros" hasta ahora de antigua vida microbiana en este planeta, según los científicos de la NASA. Sin embargo, advierten que también pueden formarse mediante procesos no biológicos, por lo que aún será necesario realizar más estudios.
Desde que aterrizó en 2021, Perseverance ha estado buscando señales de vida pasada en el cráter Jezero, una zona del hemisferio norte que estuvo cubierta de agua hace miles de millones de años. El rover ha recogido muestras de roca y de minerales, y ha analizado este material con los diversos instrumentos de los que está equipado.
"Este hallazgo de nuestro increíble rover Perseverance es lo más cerca que hemos estado nunca de descubrir vida antigua en Marte", asegura Nicky Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA. "Es una especie de señal residual. No es vida en sí misma, pero ciertamente podría haber sido vida antigua que estuvo allí hace miles de millones de años".
El rover obtuvo en 2024 la muestra, llamada Sapphire Canyon en el afloramiento rocoso Cheyava Falls, dentro de la región conocida como Bright Angel. Después de analizarla durante los últimos meses, los resultados se han publicado en la revista Nature.
Joel Hurowitz, científico de la Universidad de Stony Brook y autor principal del estudio, señala que han detectado una “posible bioseñal” en rocas sedimentarias de miles de millones de años de antigüedad. Este indicio apareció en forma de dos minerales que parecen haberse formado como resultado de reacciones químicas entre el barro y la materia orgánica presente en ese barro, según explica Hurowitz. Se trata de la vivianita, un fosfato de hierro, y la greigita, un sulfuro de hierro.
La vivianita se encuentra frecuentemente en la Tierra en sedimentos, turberas y alrededor de materia orgánica en descomposición. De forma similar, ciertas formas de vida microbiana en la Tierra pueden producir greigita. La combinación de estos minerales, que parecen haberse formado mediante reacciones de transferencia de electrones entre el sedimento y la materia orgánica, constituye una posible huella de la vida microbiana, que utilizaría estas reacciones para producir energía para su crecimiento.
Sin embargo, los minerales también pueden generarse abióticamente, es decir, mediante procesos no biológicos, como altas temperaturas sostenidas, condiciones ácidas y una unión mediante compuestos orgánicos.
En todo caso, las rocas de Bright Angel no muestran evidencia de haber experimentado altas temperaturas ni condiciones ácidas, y se desconoce si los compuestos orgánicos presentes habrían sido capaces de catalizar la reacción a bajas temperaturas.
“Estas reacciones parecen haber tenido lugar poco después de que el barro se depositara en el fondo del lago. En la Tierra, reacciones como estas, que combinan materia orgánica y compuestos químicos en el barro para formar nuevos minerales como vivianita y greigita, suelen estar impulsadas por la actividad de microbios”, sostiene Hurowitz. “Los microbios consumen la materia orgánica en estos entornos y producen estos nuevos minerales como subproducto de su metabolismo”, añade.
Pero Hurowitz también advierte que “el motivo por el que no podemos afirmar que esto sea más que una posible bioseñal es que existen procesos químicos capaces de provocar reacciones similares en ausencia de biología, y no podemos descartarlos completamente solo con los datos del rover”.
El estudio se ha centrado en la muestra extraída del afloramiento rocoso Cheyava Falls, encontrado por el rover Perseverance en julio de 2024 en el cráter Jezero, dentro de un antiguo cauce fluvial que albergó agua hace miles de millones de años.
Lo que más llamó la atención de los astrobiólogos fueron unas manchas claras rodeadas de un fino anillo oscuro, similares a las de un leopardo, que aparecen en la franja central de la roca. En la Tierra, este tipo de formaciones en rocas sedimentarias pueden originarse por reacciones químicas que liberan hierro y fosfatos, considerados posibles fuentes de energía para microbios.
Los científicos consideran que Cheyava Falls es hasta ahora el lugar más prometedor para encontrar indicios de vida microbiana extinta en Marte, y la muestra Sapphire Canyon es una de las principales razones de la misión Mars Sample Return, que busca traer este tipo de rocas a la Tierra para un análisis más detallado.
Esta misión, en la que participa la Agencia Espacial Europea, estaba prevista para la década de 2030, pero se encuentra en la mira de Donald Trump, quien ha anunciado su intención de recortar a la mitad las misiones científicas de la NASA y cancelar Mars Sample Return.
La gran pregunta es si Estados Unidos será capaz de ir a por esas muestras antes que su máximo rival en el espacio,China.