

Pep Guardiola, es un exfutbolista y entrenador español. Dirige al Manchester City de la Premier League de Inglaterra. Es considerado uno de los mejores entrenadores en la historia del fútbol.
Al recibir un doctorado honoris causa de la Universidad de Manchester, pronunció un conmovedor discurso sobre el conflicto en Gaza. El catalán pidió el fin del conflicto armado.
Pep utilizó su discurso para criticar el genocidio sobre Gaza. “Me duele todo el cuerpo con lo que vemos en Gaza”, dijo el DT en un alegato en el que criticó a los líderes en todos los campos de la sociedad, no solo los políticos, que permanecen en silencio ante la injusticia y alentó al alumnado a posicionarse.
“Lo que vemos en Gaza es muy doloroso. Me duele todo el cuerpo al verlo. Déjenme ser claro. Esto no va de ideología, no va de 'yo tengo razón y vos no'. Va de amar la vida. Va de cuidar a nuestros vecinos. A lo mejor creemos que podemos ver a niños y niñas de cuatro años morir por una bomba o ser asesinados en hospitales, que ya no son hospitales, y creer que no va con nosotros. Sí, pero a tener cuidado. El siguiente niño de cuatro o cinco años asesinado podría ser tuyo”, sentenció. Y remarcó: “Se trata simplemente del amor a la vida, del cuidado del prójimo”.
El técnico se mostró “asustado” por lo que podría ocurrirle a sus hijas. “Lo siento, pero veo a mis hijos al despertar cada mañana desde que comenzó la pesadilla con los bebés en Gaza y tengo mucho miedo”, dijo Guardiola y agregó que “quizás esta imagen parezca muy lejana de donde vivimos ahora y quizás se pregunten qué podemos hacer”.
Y “para ejemplificar el valor de actuar, aunque sea a pequeña escala”, contó al público una historia: “Hay un incendio en un bosque, todos los animales están aterrorizados y no pueden hacer nada. Pero un pájaro muy pequeñito hace viajes de ida y vuelta al mar llevando en su pico todo el agua que puede trasladar. Una serpiente se ríe y le pregunta por qué lo hace, dado que nunca podrá sofocar el fuego. El pájaro le responde que lo sabe, pero que él está haciendo su parte. Sabe que no detendrá el fuego, pero se niega a no hacer nada”.
“En un mundo en el que a menudo nos dicen que somos muy pequeños para marcar la diferencia, esta historia me recuerda que el poder que tenemos no está en el tamaño, sino en elegir: en rechazar mantenerse callado cuando más importa”, concluyó.