Una investigación publicada en la revista Conservation Science and Practice señala que los ecosistemas que rodean sitios de surf en el mundo almacenan casi 90 millones de toneladas de carbono, lo que vuelve a estos sitios aliados esenciales para los esfuerzos de conservación.
Cinco países concentran casi la mitad del carbono almacenado: las zonas de surf en Estados Unidos son las más ricas en carbono, seguidas por Australia, Indonesia, Brasil y Panamá.
Analizaron más de 4,800 destinos populares de surf en 113 países y descubrieron que las áreas adyacentes a las olas, menos de un kilómetro de distancia, almacenan poco más de 88 millones de toneladas métricas (Mt) de carbono irrecuperable, equivalente a las emisiones anuales de 77 millones de autos.
Al ampliar el radio a 3 kilómetros, la cantidad de carbono almacenado en estos ecosistemas se duplica a 191.7 Mt.
Los bosques, manglares y marismas que rodean a las olas de surf no sólo son lugares bellos para visitar, sino que representan sitios sumamente importantes para el planeta. Scott Atkinson, además de ser surfista y encontrar en las olas un espacio para conectar con la naturaleza, se ha dedicado a descifrarlas desde la ciencia.
El concepto de carbono irrecuperable se refiere a las reservas de carbono almacenadas en ecosistemas naturales que, si se liberaran debido a actividades humanas como la deforestación, la degradación del suelo o la destrucción de humedales, no podrían ser recuperadas en escalas de tiempo relevantes para mitigar el cambio climático.
Estos ecosistemas han acumulado carbono a lo largo de siglos o incluso milenios, y una vez que se libera, ya sea a través de la quema, la degradación o el cambio de uso del suelo, se emite a la atmósfera en forma de dióxido de carbono (CO2), contribuyendo al calentamiento global. La capacidad de estos ecosistemas para volver a capturar y almacenar esa misma cantidad de carbono es extremadamente limitada dentro del marco temporal necesario para evitar los impactos más graves del cambio climático.
El término fue acuñado por científicos de Conservación Internacional en 2020 para resaltar la importancia de identificar y proteger estas áreas críticas, ya que su pérdida representaría una contribución irreversible a las emisiones globales de carbono. En 2021, estos científicos mapearon las reservas de carbono irrecuperable a nivel mundial, identificando las áreas que deben ser prioritarias para la conservación debido a su gran potencial para evitar emisiones masivas de carbono.
La preservación de estos ecosistemas, no solo es crucial para la mitigación del cambio climático, sino también para la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos que son vitales para la supervivencia humana y la estabilidad ambiental.
Más de 70 sitios de olas y sus ecosistemas circundantes cuentan ahora con protección legal contra el desarrollo turístico insostenible, la deforestación, la extracción de corales, de arena y la protección contra la sobrepesca y otras amenazas que podrían dañar su biodiversidad y su capacidad para almacenar carbono.
El cambio climático, el desarrollo costero y el aumento del nivel del mar se están acelerando, poniendo en riego los ecosistemas de surf. Por esta razón, los hallazgos de este estudio ayudarán a protegerlos, que también es una forma de protegernos.