Los parisinos expresaron este domingo su franca oposición a los monopatines eléctricos de alquiler, con casi el 90% manifestándose en contra de su uso en un referendo inédito, según cifras publicadas por el ayuntamiento.
La “votación ciudadana” estuvo marcada por una muy baja participación, inferior al 8% de los votantes registrados, dijo a la oficina de la alcaldesa de París.
La alcaldesa Anne Hidalgo se había comprometido a “respetar pura y simplemente el resultado”, fuera cual fuera.
Ella misma hizo campaña por el voto “en contra”, pues consideró que la salida de los monopatines reduciría las “molestias” en las calles y aceras de la capital.
Tras acogerlos en 2018, París se convertirá el 31 de agosto en la primera capital europea en prohibir por completo estos vehículos de dos ruedas, cuando venzan los contratos con Lime, Tier y Dott, los tres operadores privados.
A favor del sistema, los 800 puestos de trabajo que están ahora amenazados y la flexibilidad para los desplazamientos que proporcionan. Alguna de las empresas de alquiler habían incluso permitido su uso gratuito durante la jornada para facilitar la participación.
Los detractores de los monopatines eléctricos de alquiler argumentan que son abandonados en cualquier lugar del espacio público, que atropellan a los peatones en las veredas y que, al final, emiten una nociva huella de carbono.
Peligrosos cuando se manejan sin precaución, estos vehículos privados o de alquiler se vieron involucrados en 408 accidentes en París durante 2022, en los que murieron siete personas y 459 resultaron heridas, según datos de las autoridades.
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