Desde hoy las grandes empresas deberán contar con guarderías para los hijos de sus empleados

Sociedad 23 de marzo de 2023
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El pasado jueves 16 de marzo, el Gobierno Nacional, la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara Argentina de la Construcción(CAMARCO) firmaron un acuerdo para garantizar el cumplimiento del decreto 144/2022, reglamentado hace un año. Esta normativa establece que, a partir del jueves 23 de marzo, las empresas con 100 o más empleados deberán ofrecer espacios de cuidado para niños durante la jornada laboral.

Aquellas empresas que todavía no cuenten con guarderías o salas maternales en sus establecimientos podrán reemplazar esta obligación por el pago de un reintegro no menor al 40% del salario mensual correspondiente a la categoría “Asistencia y Cuidados de Personas”. En caso de que el gasto incurrido por el empleado sea menor a esta cifra, la empresa deberá cubrir la totalidad del monto. Esta flexibilización estará disponible hasta el 31 de julio de 2023 ─plazo máximo de transición─ o para aquellos trabajadores que realizan teletrabajo.

A pesar de estos beneficios, sólo el 5% de las empresas de Argentina cuenta con espacios de cuidado infantil u ofrece la mencionada compensación económica para costear el servicio. Así lo indica el informe “Acá ganan todos” de UNICEF y el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), que reúne la experiencia de 6 empresas ─MIMO & CO, AYSA, INVAP, Mercado Libre, Comité Argentino de Arándanos y Mirtrans─ con guarderías y salas maternales para los hijos de sus empleados.

Como indicó la especialista, la implementación de centros de educación y cuidado infantil en los casos analizados generó amplios beneficios para las mujeres, quienes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), dedican, en promedio, el doble de tiempo por día que los hombres para tareas domésticas y de cuidado no remuneradas.

La división sexual del trabajo, junto a la demarcación liberal de las esferas pública y privada, condujo a que la labor reproductiva se pensara históricamente como un asunto privado y fenemino. Esta asignación desigual de las tareas de cuidado redunda en menor tiempo para el estudio y mayores dificultades para insertarse en el mercado de trabajo. Las mujeres, así, terminan ocupando cargos de menor jerarquía, en condiciones más precarias e ingresos más bajos. Esto conlleva a que, como destacan autoras feministas como Moller Okin, sea más racional en términos económicos que el hombre salga a trabajar y la mujer permanezca en el hogar.

La creación de guarderías y salas maternales en las empresas rompe con ese ciclo de género ya que permiten que la responsabilidad por las tareas de cuidado sea compartida por agentes públicos y privados: el Estado, las familias, las empresas, los sindicatos y las organizaciones comunitarias. Las mujeres, de este modo, quedan relevadas de sus tareas hogareñas durante la jornada laboral y logran conciliar su vida familiar y su empleo. “Todas las acciones que asisten, sobre todo a las trabajadoras, en complementar los cuidados fomentan las carreras de las mujeres, que podamos estar consideradas, por ejemplo, para liderar proyectos”, destacó Flavia de Desarrollo y Bienestar de INVAP.

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