

El primer paso para conseguir algo es creer en ello. Y sencillamente, Frances Tiafoe creyó. “Salí a la pista creyendo que podía ganarle. Y fui a por ello. Siento que no tengo nada que demostrar, sino que estoy aquí para jugar al tenis y disfrutar”, concedía el estadounidense después de apartar a Rafael Nadal del sueño de conquistar por quinta vez el US Open, su tercer major del año.
“He jugado un mal partido, él ha jugado un buen partido. Él es muy rápido y muy joven. No he sido capaz de hacerle daño”, resumió sin subterfugios. Después profundizó en el origen la irregularidad de estos días, resueltos a golpe de oficio hasta que chocó con el muro de Tiafoe.
“Tengo cosas mucho más importantes que el tenis que atender. A partir de ese principio básico, tomaré las decisiones adecuadas en base a cómo vaya todo en mi vida personal. Tenía que hacer un esfuerzo aquí, y lo hice. No ha salido como me habría gustado”, expuso el campeón de 22 Grand Slam. “Es momento de resetear. Han sido unos meses difíciles. Toca empezar de nuevo, profesionalmente hablando. Ahora es el momento de tener el primer hijo y confiar en que todo salga bien”, prolongó el número tres del mundo, que pese a la eliminación podría regresar el lunes a la cima del circuito.