Ecuador: Lasso, entre el mata o muere
Roto el diálogo con la protesta indígena, la Asamblea debate si destituye al Presidente que puede disolverla.
Sociedad 29 de junio de 2022
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció que no dialogará con el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Leonidas Iza, y lo acusó de “chantajista” y “terrorista”.
Los movimientos indígenas y campesinos protestan contra la administración de Lasso hace más de dos semanas. El mandatario ecuatorino cumplió con algunas peticiones como la reducción del precio de los combustibles. Pero la Conaie las calificó como “insuficientes” e informó que continuarán con los reclamos.
El Gobierno ecuatoriano iba a continuar con las negociaciones. Por su parte, la Legislatura reinstaló la sesión que comenzó el sábado pasado, en la que se debate la destitución de Lasso y la convocatoria a elecciones anticipadas.
La decisión surgió después de un ataque a un convoy militar que transportaba combustible a un bloque petrolero en la Amazonía. El enfrentamiento causó la muerte de un militar y otros miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía resultaron heridos.
El marco nacional es de crisis social y conmoción interna. Más de 14.000 indígenas se han movilizado en todo el país, pero en su mayoría en la ciudad capital de Quito. Los enfrentamientos y otros episodios causaron la muerte de al menos seis personas y dejaron heridas al menos a otras 180.
Según el ex juez constitucional Ramiro Ávila, veedor del diálogo, no hay vínculos probados ni presuntos entre el liderazgo indígena y la muerte.
La Asamblea Nacional y el Presidente de Ecuador enfrentan decisiones tan urgentes como graves. Los dos consideran dos alternativas, igualmente decisivas, que significarían el fin del actual gobierno.
El presidente Guillermo Lasso puede esperar y acatar la medida que adopte la Asamblea Nacional respecto al pedido de destitución presentado por 46 asembleístas correístas de Unión Esperanza (UNES). O puede apelar a la 'muerte cruzada', expresión que designa una facultad presidencial, contemplada en la Constitución ecuatoriana, que le permite disolver la Asamblea Nacional en razón de una “grave crisis política y conmoción interna”. Pero si el Presidente mata, muere: pierde el cargo, gobierna el Vice y convoca elecciones presidenciales y legislativas
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