Números

Sociedad El martes
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A 10 años de la primera manifestación de NiUnaMenos, se desmantelan políticas de género. Sin datos confiables ni plan, el Estado se retira de la resolución de un problema que es grave y se lleva la vida de una mujer cada 35 horas.

Lo que empezó a cambiar profundamente con la movilización que unió a millones de personas en cada lugar de Argentina, que trascendió las fronteras para expandirse por toda la región, fue la comprobación del sentido colectivo. Una demanda por mostrar la dimensión pública de un drama: la mayoría de las mujeres son asesinadas por personas conocidas, generalmente en las casas, y en 6 de cada 10 casos, a manos de una pareja actual o pasada.

No había un plan coordinado a nivel nacional ni datos públicos que pudieran informar cuántos femicidios se producían en Argentina. 

El impacto positivo de la movilización social puede medirse de muchos modos, pero hay dos muy concretos e importantes: a partir de allí se articuló un Plan Nacional de Acción contra las violencias y se creó un Registro de Femicidios con datos oficiales.

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La discusión no se plantea por apego a la evidencia, sino más bien todo lo contrario. Los datos parecen usarse para endilgarle la responsabilidad o la omisión a uno y otro lado de la grieta.

El gobierno nacional afirma que los homicidios de mujeres bajaron un y eso demostraría que el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad solo malgastaba recursos públicos. Afirmar que la violencia de género bajó porque bajaron los homicidios es tergiversar el debate. 

Para poder analizar tendencias es importante ver los datos a lo largo del tiempo. La institución que registra los femicidios de manera rigurosa desde hace una década es la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema, que publicó su informe de 2024 hace pocos días: 247 víctimas letales de violencia de género, 228 de ellas víctimas directas de femicidio, que dejan más de 200 niños, niñas y adolescentes sin madre.

Si bien la cantidad de femicidios es menor a la de 2023, los datos muestran una relativa estabilidad de la cifra, con algunas variaciones año a año. Esto muestra que se trata de un problema estructural que necesita mucho más trabajo de prevención y acompañamiento, antes de que la violencia adquiera formas más graves.

Lo rigurosos sería examinar por qué tenemos cinco veces más asesinatos de mujeres en contextos de violencia de género que países como España, donde sí hay políticas sostenidas desde hace más de 20 años y así y todo consideran que 48 casos anuales es un número inaceptable que les interpela.

Puede resultar agraviante, pero lo cierto es que en 2023 se considera que la violencia de género no existe como tal y por lo tanto anunciaron que no habría políticas ni instituciones para atender este problema.

La información relevada a lo largo de los últimos años indica que el 50% de las mujeres argentinas sufrió violencia alguna vez en su vida por parte de su pareja actual o anterior.

¿El problema está ahí, en mujeres y personas del colectivo LGBT mucho más que en otras porque son mujeres, la mayoría de las personas pobres de Argentina, la mayoría de las desocupadas y las que seguirán cuidando a otros en la edad adulta cuando ellas sean las que necesiten de cuidados y apoyos y no haya una política pública que las ampare. 

La violencia sigue siendo un problema urgente y así es y deb ser visto por la sociedad.

Se valora el progreso en relación con la igualdad entre varones y mujeres lograda en la última década, pero seis de cada diez personas todavía considera que las desigualdades entre varones y mujeres son grandes y la amplia mayoría (85%) considera que aún queda mucho por hacer para asegurar la igualdad de derechos.

La sociedad es mejor cuando no hay violencia, cuando el Estado se ocupa de los problemas de las personas.

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