

Los restos, considerados los mejor conservados del mundo, permiten estudiar órganos, tejidos y microbiota. En un laboratorio de Yakutsk, en el extremo oriente ruso, científicos realizaron una necropsia a Yana, una cría de mamut de unos 130.000 años de antigüedad.
Científicos llevaron a cabo una autopsia inédita a una cría de mamut. El hallazgo podría revelar secretos sobre la vida en la Edad de Hielo.
⁣El equipo del Museo del Mamut analiza meticulosamente los tejidos y restos orgánicos para entender la biología y el entorno en el que vivieron estos gigantes prehistóricos. El descubrimiento abre una ventana única al pasado y marca un hito en la paleontología, impulsando futuras investigaciones en ciencia y conservación, dado que se considera el ejemplar de mamut mejor conservado de la historia.
El secreto de su excepcional conservación reside en los miles de años que pasó congelada bajo tierra, protegida del paso del tiempo.⁣
Esta necropsia "nos da la oportunidad de estudiar el pasado de nuestro planeta", dijo Artemi Goncharov, jefe del laboratorio de genómica funcional y proteómica de microorganismos del Instituto de Medicina Experimental de San Petersburgo.
Yana, de 120 centímetros de altura y 200 centímetros de longitud, fue descubierta en el permafrost (capa del suelo congelada) en la república rusa de Saja, una gigantesca región de Siberia.
Su piel, que tiene aún unos pocos pelos, mantiene su tinte gris-marrón. Su trompa está curvada y apunta hacia su boca y se pueden ver perfectamente las cuencas de sus ojos así como sus patas arrugadas.
En un primer tiempo se estimó que Yana vivió hace 50 000 años, pero posteriormente, tras el análisis de la capa de permafrost en la que se encontró, se concluyó que vivió hace más de 130 000 años.
En cuanto a su edad biológica, tenía más de un año cuando murió, porque ya le había salido el colmillo de leche. Queda por saber las razones por las que murió tan joven.
En la época en que Yana vivía, los humanos aún no estaban presentes. Aparecieron en el territorio de la Siberia moderna hace entre 28 000 y 32 000 años.
El cuerpo de Yana fue descubierto cuando el permafrost se estaba derritiendo, un fenómeno que la comunidad científica cree que se debe al calentamiento global.