

El dueño de Tesla y X se despide con un tuit y más pena que gloria de su puesto al frente del DOGE, el departamento de recortes de Trump, tras cargar contra el mega proyecto económico del presidente de EEUU.
Llegó para revolucionar el Gobierno, equipado con una motosierra regalada por Javier Milei y saludos fascistas el día de la toma de posesión de Trump.
Musk pasará a la historia por pasar en tiempo récord de ser un símbolo de la transición ecológica por su apuesta por los autos eléctricos a trabajar para un Gobierno negacionista del cambio climático, lo que le produjo una notoria caída en las ventas de Tesla y en la cotización de sus empresas.
También se lo va a recordar por entrometerse en las elecciones alemanas, apoyando al partido neonazi AfD, e incluso por comparecer en el Despacho Oval con su hijo en brazos y en reuniones del gabinete con dos gorras puestas en la cabeza.
La despedida de Elon Musk de la Casa Blanca el pasado estuvo adornada con palabras, pero el hombre más rico del mundo, no demoró en atacar abiertamente la política fiscal que impulsa el presidente. Mientras Trump presionaba a los senadores demócratas para que aprueben su ley, Musk dejó claro que no le gusta y la califica de “abominación repugnante”.
“Lo siento, pero ya no aguanto más. Este proyecto de ley del Congreso, enorme, escandaloso y repleto de gastos superfluos, es una abominación repugnante. Qué vergüenza para quienes lo han votado: saben que han hecho mal. Lo saben”, dijo en su red social, X.
Claramente, algo se rompió. Trump anunció este sábado que retiraba la nominación para dirigir la NASA de Jared Isaacman, amigo y aliado de Musk. Tres días después, Musk arremete contra la que, junto con los aranceles, es la iniciativa estrella de Trump.
No es la primera vez que Musk critica la ley, pero ahora lo hace en unos términos mucho más rotundos. “Francamente, me ha decepcionado ver el enorme gasto público, que aumenta el déficit presupuestario, en lugar de reducirlo, y socava el trabajo que está realizando el equipo del DOGE".
La ley de Trump prorroga las rebajas fiscales de su primer mandato, generalizadas e incluye parte de las que prometió en campaña, exenciones de impuestos a las propinas y las horas extraordinarias, entre otras. A cambio, recorta ayudas alimentarias, becas y prestaciones sanitarias.
Su efecto es aumentar significativamente el déficit y la deuda. La Oficina Presupuestaria del Congreso estimó un aumento del déficit de 3,8 billones de dólares en 10 años; el Comité para un Presupuesto Federal Responsable calculó 3,1 billones, incluyendo los intereses.
El proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de Representantes y ahora se tramita en el Senado, donde varios senadores republicanos han mostrado su preocupación por el incremento del déficit y la deuda que comporta.
Trump ha instado a través de su propia red social, Truth, a los senadores díscolos a aprobarla cuanto antes.
Trump presiona a los congresistas para que aprueben la ley en un mes y que esté lista para la firma el 4 de julio, Día de la Independencia.