

Desde que pisó el Despacho Oval, Donald Trump no ocultó su intención de expandir el poder presidencial más allá de sus competencias.
Este martes, en su primer discurso ante el Congreso tras asumir su segundo mandato, Trump amenazó con apartar a cualquier miembro de la administración que se niegue a cumplir sus órdenes. El magnate también celebró el despliegue de su agenda ultra como “la revolución del sentido común” y se jactó del caos provocado en tan solo su primer mes: “Solo acaba de empezar”.
“Mi administración recuperará el poder de esta burocracia sin rendición de cuentas y restauraremos la verdadera democracia en Estados Unidos. Y cualquier trabajador federal que se resista a este cambio será destituido de inmediato, porque estamos drenando el pantano. Los días de los burócratas no electos se han acabado”, aseguró Trump, quien otorgó amplios poderes a Elon Musk, un cargo no electo, para que dirija la purga.
Trump volvió a elogiar sus recortes al frente del DOGE para desmantelar la administración estadounidense. “Gracias, Elon. Está trabajando muy duro. No tenía por qué hacer esto. Lo apreciamos, incluso este lado”, dijo Trump, señalando la bancada demócrata en un gesto de burla.
Trump también aprovechó para suavizar el tono con Zelenski tras las cesiones del ucraniano comunicadas por carta al presidente de EEUU y las señales recibidas por la Casa Blanca de que Rusia también estaría lista para lograr la paz.
La etiqueta de “burócratas” que usa Trump, incluye también a los funcionarios del Departamento de Justicia, entre otros. En los últimos días, el círculo del presidente, especialmente Musk y el vicepresidente JD Vance, ha ampliado esa definición para poner en el punto de mira a los jueces que han estado frenando las órdenes ejecutivas. En diversas ocasiones, Musk ha pedido que se inicien procesos de impeachment contra jueces y, en su reciente entrevista en Fox, atacó la separación de poderes: “Si la voluntad del presidente no se implementa, no vivimos en una democracia, sino en una burocracia”.
Trump, quien también hizo suya la idea de Musk de crear un departamento para recortar el gasto público, parece haber adoptado su frase.
La nueva administración prepara el terreno para provocar una crisis aún mayor dentro del sistema democrático estadounidense.
Trump prometió anoche una “época dorada” para Estados Unidos y “un futuro brillante”.
El presidente de EEUU se jacta de un primer mes “exitoso”, en el que ha desatado el caos tanto dentro de Washington como a escala internacional: por el desmantelamiento administrativo hasta la guerra comercial y la suspensión de la ayuda a Ucrania. Trump ha recurrido a su repertorio habitual, criminalizando a los migrantes y atacando a las personas trans.
Trump ha pedido a los congresistas que aprueben más fondos federales para poder avanzar en su agenda antimigratoria “sin retraso”.
El discurso de Trump ante el Congreso coincide con el inicio de su guerra comercial contra México y Canadá, con aranceles del 25% y del 20%, respectivamente, además de nuevos aranceles para China. “Los aranceles tratan de hacer que Estados Unidos vuelva a ser rico y vuelva a ser grandioso, y está sucediendo, y sucederá bastante rápido. Habrá una pequeña perturbación, pero estamos bien con eso. No va a ser mucho”.
Mientras el presidente redoblaba su apuesta sobre las tarifas comerciales, horas antes su secretario de Comercio, Howard Lutnick, decía que los aranceles a Canadá y México podrían suavizarse a partir de hoy.
Las aspiraciones expansionistas sobre el canal de Panamá y Groenlandia han vuelto a hacer acto de presencia este martes por la noche. “Mi administración va a reclamar el canal de Panamá y ya hemos empezado a hacerlo”, ha afirmado, en referencia al anuncio del fondo de inversión estadounidense BlackRock sobre la compra de dos puertos en el canal.
También ha enviado un mensaje a Groenlandia, actualmente un territorio autónomo del Reino de Dinamarca: “Apoyamos firmemente el derecho a determinar su propio futuro, y si lo eligen, los recibiremos en los Estados Unidos”.