La ofensiva de Israel causa más de un millón de desplazados en Líbano

La escalada militar israelí en Líbano, que en poco más de una semana causo más de mil muertos, profundiza el sufrimiento de la población en un país sumido en una profunda crisis económica, con el 80% sus habitantes que viven en la pobreza.

A medida que pasan los días, crecen los temores de que se repita el mismo modus operand' empleado en Gaza. “La gente del Líbano, la gente de Israel y el mundo no se puede permitir que Líbano se convierta en otra Gaza”, dijo hace una semana el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, al que este martes Israel ha declarado persona non grata, vetando su entrada en el país.

Para el Gobierno de Netanyahu, Guterres no habría condenado de forma “inequívoca” el ataque de Irán sobre Israel del martes. También lo acusa de no haber “denunciado la masacre” de Hamas del 7 de octubre del año pasado

El Gobierno israelí sigue enviando más tropas a las unidades que dieron comienzo el martes a las incursiones terrestres en el sur de Líbano.

Los intensos bombardeos que se repiten día tras días en el sur de Beirut, en la zona fronteriza con Israel y en el valle de la Bekaa, han obligado a 1,2 millones de libaneses, de los seis millones de habitantes, a abandonar sus hogares hacia otras partes del país. Muchos son sirios que se encuentran desde hace años en Líbano, el Estado con el mayor número de refugiados per cápita del mundo.

Los sirios son 1,5 millones y hay más de 200.000 palestinos. Según la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA), se han abierto casi 800 refugios temporales para los desplazados internos y 551 han alcanzado su capacidad máxima. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) también abrió diez de sus instalaciones para recibir a los desplazados internos, entre los que hay palestinos afincados en Líbano y palestinos llegados desde Siria por el conflicto en ese país.

Son nueve días de los ataques violentos que sufre El Líbano. La situación produce una catástrofe humanitaria. El Gobierno libanés calcula que hay más de un millón de personas desplazadas.

Las organizaciones internacionales llevan días alertando sobre las consecuencias desastrosas de la escalada militar, en un contexto de enormes necesidades de asistencia humanitaria ya antes del comienzo de esta última ofensiva israelí y de escasez de recursos. Una situación a la que ha contribuido la inestabilidad política que vive el país, que ha motivado una reducción de la ayuda exterior y de las inversiones. Desde octubre de 2022, no ha sido posible elegir un nuevo jefe de Estado ni formar un gobierno.