Google afronta el juicio por monopolio más importante en dos décadas

Hoy tendrá lugar en un juzgado federal del Distrito de Columbia, en Estados Unidos, la primera sesión del juicio contra Google por prácticas monopólicas.

Se trata de un juicio en el que se buscará determinar si Google abusó de su posición monopólica en las búsquedas en línea. En el proceso van a declarar altos ejecutivos tecnológicos, ingenieros, economistas y académicos.

El proceso fue impulsado por el Departamento de Justicia estadounidense, que consideró que Google, que concentra el 90% de las búsquedas en internet, abusó deliberadamente de su poder de monopolio. La acusación sostiene que la compañía fomentó acuerdos anticompetitivos y excluyentes para bloquear a sus rivales.

La demanda acusa a Google de cimentar su hegemonía mediante una "red ilegal" de contratos que firmó con fabricantes como Apple, Samsung, LG o Motorola para ser el buscador por defecto en sus dispositivos móviles, así como con desarrolladores de navegadores como Mozilla u Opera. Esos acuerdos también supondrían la preinstalación de otras de sus aplicaciones como Gmail, Maps o Chrome.

El Gobierno remarca que Google desembolsa millones cada año en distintas compañías de telefonía móvil para que su buscador sea la opción por defecto en celulares, desincentivando el uso de otras herramientas de búsqueda.

Este es con toda probabilidad el mayor caso antimonopolio del Gobierno de EEUU contra una empresa tecnológica de los últimos 25 años. Los analistas lo comparan con la demanda presentada en mayo de 1998 contra Microsoft, a quien se acusó por incluir su navegador web con Windows. "Google utiliza el mismo libro de jugadas", reza el pleito actual.

Microsoft terminó llegando a un acuerdo con las autoridades para limitar su poder y permitir un entorno más abierto.

El juicio supone un hito en EEUU, pero no en la Unión Europea, donde ya ha sido duramente sancionado por los reguladores por violar las leyes al abusar de su dominio para asfixiar a la competencia. Hace justamente un año, la justicia comunitaria consideró que Google había impuesto sus servicios en los dispositivos que usan el sistema operativo Android y fijó la multa en 4.125 millones de euros, la más alta de su historia.